Uno de los aspectos a tener en cuenta por la gestora enfermera es conocer y ser consciente de su propio estrés y el de las personas que trabajan con ella. Motivo por el cual queremos profundizar un poco, en su conocimiento.

Así debemos empezar diciendo que, el entorno en el que desenvuelve el trabajo de la enfermera es un entorno estresante en si mismo y por tanto también lo es el de la gestora enfermera. Y esto es así por el hecho de los condicionantes de los estados de salud.

La salud como estado positivo no genera efectos estresantes en estados de normalidad sin embargo no sucede lo mismo en las situaciones en las que se produce una pérdida de la salud.

Pero no solo los estados de pérdida de salud son motivadores de estrés también, son fuentes productoras de salud los cambios en las situaciones de nuestro entorno de vida y las pérdidas materiales, físicas y humanas son fuentes productoras de situaciones de estrés.

El estrés por tanto podemos decir que es la reacción inadecuada que sucede frente a condiciones ambientales, percepciones ante distintas situaciones o respuestas a estímulos.

Además de las anteriores, debemos considerar como fuentes productoras de estrés entre otras:

  • Los factores económicos
  • Las condiciones de trabajo
  • La sobrecarga laboral
  • Las relaciones personales
  • La familia

Estresores

Podemos por tanto decir que, los estresores son todas aquellas fuentes que pueden ser motivadoras o desencadenantes del estrés. Greiner definió el concepto estresor como, todas aquellas situaciones demandadas que son incompatibles con una regulación adecuada de los procesos mentales  y que desembocan en una mala gestión o una gestión ineficiente de las diversas situaciones a las que hacemos frente.

Los estresores son por tanto, situaciones que las personas afrontan en su medio de vida habitual o laboral tanto a largo o como a corto plazo y que son potencialmente peligrosas para el bienestar.

En el caso de la enfermera, podemos considerar como estresores el permanente estado de afrontamiento del dolor, la muerte y el sufrimiento humano también los problemas en las interrelaciones personales y de equipos de trabajo.

Debemos considerar tres tipos de estresores en función de la intensidad, frecuencia y duración de los mismos.

Así distinguimos:

Los sucesos vitales. Son sucesos de gran carga emocional y frecuentemente de corta duración lo que exige a las personas una adaptación rápida que, cuando no se produce se convierte en fuente de estrés.

Acontecimientos diarios de baja intensidad. Son todas aquellas situaciones a las que nos enfrentamos en nuestro día a día que  suceden de forma repetitiva y de duración variable. Entre ellas, encontramos acontecimientos laborales, relacionales y de salud fundamentalmente. Cuando esta repetición, se alarga en el tiempo, motiva el agotamiento físico y mental de las personas desembocando en el estrés.

Situaciones de tensión sostenida. Son las situaciones que mayores efectos y más rápidos producen sobre las personas por su intensidad, frecuencia y mantenimiento en el tiempo. En este apartado se encuentran los factores que determinan el burnout de los profesionales sanitarios.

Tipos de estrés estrés

A la vista de lo que venimos mencionando podemos decir que el estrés es una respuesta de nuestro organismo, no existiendo una misma respuesta para dos personas diferentes aunque sin embargo, si se observan patrones similares de comportamiento frente a estas respuestas.

Podemos decir que existen tres tipos de estrés:

El estrés agudo.

El estrés agudo es el de mayor frecuencia en nuestra sociedad. Surge ante los estímulos pasados puestos en relación con el futuro o mejor dicho con la anticipación de sucesos futuros.

Puede ser un ejemplo de este tipo de estrés, el que sufre la gestora enfermera frente a una ausencia de su personal. El conocimiento de la organización y los condicionantes de la gestión de los recursos humanos realizará una anticipación de las consecuencias y de las decisiones que deberá tomar condicionadas por las experiencias del pasado reciente.

Las situaciones de estrés agudo son fácilmente reconocibles por todas las personas motivo por el cual podría permitirnos, bien canalizado, un adecuado control.

Siempre que se este tipo de estrés suceda en el corto plazo y que las personas posean suficientes herramientas de reconocimiento y afrontamiento, no deben producir un daño importante.

Para reconocer este tipo de estrés tenemos que prestar atención a síntomas como:

  • Irritabilidad, enojo y ansiedad.
  • Tensión muscular y cefaleas.
  • Molestias estomacales.
  • Estados de sobreexcitación pasajera que nos conducen de la euforia al pesimismo de forma rápida.

El estrés agudo episódico

Son situaciones de baja intensidad y frecuencia que acontecen en estados de caos y desorden motivo por el cual, producen respuestas rápidas y desaforadas que bien podrían haberse generado de otra forma más tranquila y pausada.

Este estrés está íntimamente relacionado con el tipo de personalidad que posea cada persona, los estilos de vida y sus costumbres.

En el entorno laboral, este estrés está muy relacionado con el estilo de la organización y con el proceso de toma de decisiones que la cultura de la misma imponga.

Así una gestora enfermera en época de vacaciones donde no ha habido una buena previsión de coberturas de personal, unido a la incertidumbre diaria en este capitulo, producirá una situación de ansiedad continua por la toma de decisiones, dirigida a evitar el bloqueo y parálisis de la organización por falta de personal y los riesgos asociados para la salud.

El estrés crónico

El estrés crónico resulta una situación de ansiedad y angustia permanente ante los distintos acontecimientos que suceden. Son situaciones a las que no encontramos la solución adecuada que hagan que estos factores desaparezcan de nuestra vida o entorno laboral.

Al igual que el estrés episódico, el estrés crónico se agudiza si este tiene lugar frente al caos y descontrol produciéndose de esta forma, las peores consecuencias para las personas que deben afrontarlo.

La falta permanente de recursos en las organizaciones sanitarias y el conocimiento de las consecuencias que esta falta produce, es posible que sea la principal fuente de estrés crónico.

También es fuente de estrés crónico para los profesionales sanitarios el afrontamiento del dolor y el sufrimiento que sucede de forma más acentuada en algunas unidades o centros de trabajo.

Respuestas al estrés

Podemos decir que son tres las fases por las que pasamos las personas cuando nos enfrentamos a situaciones de estrés.

Fase de alarma

Son las primeras reacciones y las que provocan la movilización de los recursos que poseemos para hacer frente a la situación estresante.

Cuando percibimos una situación de peligro real o potencial o llevado al entorno laboral de la gestión sanitaria, de riesgo en la toma de decisiones, nuestro cuerpo se prepara para enfrentarnos con la amenaza.

Los primeros signos que nos avisan son el aumento de la respiración, de la sudoración acompañado  de lo que pudiéramos decir de un incipiente estado de nerviosismo.

En esta primera fase de alarma, todo esta funcionando como debe. A pesar de que se consume energía en el afrontamiento aún, estamos en posesión de los recursos para hacer frente a la situación.

Fase de resistencia

Es la situación en la que se encuentran las personas cuando los factores estresantes se prolongan en el tiempo y el organismo debe generar una reacción adaptativa.

Así, en este momento es fundamental estar en posesión de los recursos suficientes que permitan a nuestro cuerpo, compensar los daños y las consecuencia de esta prolongación en el tiempo de la situación de estrés.

Cierto es que hay un tipo de personas que no se preocupan en mitigar estas situaciones, no se preocupan de “resistir” en estas circunstancias y que a medio o largo plazo sufrirán las peores consecuencias.

El organismo y las personas comenzamos a ver disminuida la capacidad de respuesta y afrontamiento y por tanto empiezan a manifestarse los síntomas con mayor intensidad que nos van conduciendo hacia la fase de agotamiento.

Fase de agotamiento

Es la que se presenta cuando hemos perdido por completo la capacidad de reaccionar frente a los estresores.

Las personas entramos en la parálisis mental y psicológica además de generar, una situación de incapacidad para defendernos en estas situaciones.