La prestación sanitaria constituye un sector económico al que cada vez se le presta mayor atención en el entorno económico a nivel mundial. La estructura sanitaria es relacionada con la generación de valor añadido y comparado con el que se aporta desde otros sectores de la actividad.

El desarrollo económico de los países repercute de manera de manera fundamental en los capítulos de gasto, y este evoluciona al mismo ritmo que el crecimiento económico y la renta del país.

Provisión de recursos sanitarios

Partiendo de considerar a la salud como un bien económico escaso en el que la demanda es superior a la oferta, debemos decir que, la salud es un bien escaso y en muchas situaciones de complicada provisión.

Del mismo modo, la salud debe ser considerada como de segura y conveniente inversión y esto debe ser así por dos motivos:

  • A mayor salud, menor consumo de recursos sanitarios.
  • A mayor salud, mayor capacidad para las personas de mantenerse productivos en sus entornos sanitarios y por tanto, menores consumos de la empresa, mayor productividad y mejores resultados en términos económicos.

Así pues, si la salud y su demanda es superior a la oferta de servicios, desde el ámbito gestor se debe considerar cómo se distribuyen los recursos. Aquí es donde la consideración de los parámetros económicos, deben sumarse a los sociales, para lograr la mejor asignación de los recursos disponibles.

La capacidad para analizar los rendimientos económicos deben sumar conocimiento a las necesidades sociales, para lograr los mayores beneficios posibles. Solo conociendo los costes reales de cada una de las acciones y actividades sanitarias podemos conocer el beneficio obtenido realmente, relacionado con los costes de no haber dedicado recursos a otras necesidades de salud.

En términos económicos, esta relación se conoce como coste de oportunidad y podemos definir este concepto de manera concreta como: el beneficio perdido por no dedicar estos recursos en actividades alternativas.

El uso de este concepto, va emparejado con la capacidad para tomar decisiones, ya que la decisión de dedicar recursos a unas u otras necesidades de salud son clave para los resultados finales en salud.