Cuando analizamos los resultados que deseamos para nuestras organizaciones, en casi todas ellas llegamos a las mismas conclusiones sobre lo que deseamos obtener:
- Calidad de atención.
- Bajo indice de infecciones nosocomiales.
- Disminución de la variabilidad en la atención.
- Satisfacción del paciente.
- Alianzas con proveedores externos.
- Alianzas con proveedores internos.
- liderazgo
- Compromiso
- Identificación con los objetivos
- Trabajo en Equipo
- ….
De la misma forma, existe un mismo problema en muchas de nuestras organizaciones, queremos los resultados sin el trabajo previo que debe servirnos de guía.
No es que nuestras organizaciones sean diferentes al resto del sector productivo, político, etc..
Vivimos en una sociedad resultadista, lo queremos aquí y ahora sin importar el modo y en su defecto nos conformamos con meras poses que consigan nuestra permanencia, estabilidad y tranquilidad para nuestras posiciones lo que suele ser sinónimo de no hacer nada.
Mejor no hagas nada no siendo que las cosas vayan a cambiar»
Y esto a lo único a lo que nos conduce es a la mediocridad y a organizaciones que carecen de la eficiencia debida.
No hay forma de conseguir resultados sin una planificación previa, sin el arduo trabajo que conlleva cualquier trabajo de planificación de la actividad.
Nos referimos al análisis.
El análisis de situación no es fácil todo lo contrario es una etapa dura y a veces con falta de popularidad ya que suele sacar las bolsas de ineficiencia y las carencias existentes en la organización y que nos van a obligar a tomar una serie de decisiones a menudo complicadas de entender y digerir si carecemos de la adecuada vocación de servicio.
Analizar nuestra organización es explorarla, profundizar en ella sin miedo para comprenderla.
Existen muy pocas personas realmente capaces de superar esta etapa dentro de una organización dado que análisis y autocrítica suelen ir de la mano.
Analizar supone comparar nuestra actividad organizacional de dos maneras:
- Con un indice de referencia o lo que es lo mismo con organizaciones comparables de nuestro entorno.
- La forma en que se ha llegado a la situación actual
Si profundizamos demasiado en analizar la situación de nuestra organización, puede dejar a las claras los motivos que nos conducen a la desviación para con los resultados ya que la desviación puede estar motivada por nuestra propia incapacidad para gestionar.
El análisis debe conducirnos por tanto a entender, visualizar y preparar la organización para afrontar las necesidades.
Una vez superada esta fase estamos en condición de pasar al siguiente punto porque aún no habremos hecho nada más que empezar.
Por otra parte hay que saber que planificar no es organizar la agenda de la semana, ni del mes, del futuro próximo.
Planificar tampoco es decidir lo que vamos a hacer y ya está.
Planificar es entender y comprender lo analizado.
Planificar es establecer los pasos más inteligente por los que tiene que pasar ineludiblemente la acción para alcanzar los resultados deseados.
La planificación reduce la incertidumbre y la variabilidad de la acción dando peso, consistencia y uniformidad a esta.
La planificación ayuda al conocimiento de la organización a la toma de decisiones organizadas y dirigidas a la consecución de los resultados esperados y deseados para la organización.
Por sorprendente que pueda parecer en algunas ocasiones la planificación, el saber donde estamos y adónde queremos estar mañana y los pasos que debemos dar para ello, es la mayor innovación que se puede introducir en la organización.
¿Cómo vamos a distribuir recursos sin un plan?
La distribución de recursos sin planificar lo único que va a conseguir es que nuestra organización sea un tremendo lodazal del que será difícil salir.
Para conseguir los resultados que mencionábamos al comienzo de la entrada «el Laissez-faire» como mecanismo de planificación no sirve, no debemos sorprendernos acerca de los resultados de nuestra organización a pesar de la corriente económica, política y gestora que elige este mecanismo para gestionar organizaciones sanitarias, eso si revestido de bonitos discursos de liderazgo, equipos y tal.
No hay formulas mágicas, analiza, planifica, ejecuta y te sorprenderán los resultados de esta pequeña innovación.
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