En el ámbito de la gestión de empresas en la que debemos considerar a las organizaciones sanitarias, la consideración de niveles estratégicos responde a la necesidad de mejorar la gestión de la organización en entornos y situaciones cambiantes, inestables o turbulentos como es la situación de crisis sanitaria que vivimos en la actualidad. De esta forma podemos distinguir tres niveles de estrategia en una organización sanitaria:


La estrategia corporativa
Este nivel de estrategia considera la empresa a nivel global, considerando que actividades y acciones quiere abordar y de qué forma puede combinar estas acciones para alcanzar los resultados más adecuados. La estrategia corporativa, realiza el plan general de actuación directivo de la organización sanitaria dirigida a las decisiones en salud y de organización interna que emplea para desarrollar la actividad sanitaria de un centro. En este nivel de estrategia resulta especialmente relevante en el área de la salud, ya que acotará la actividad y asignará las capacidades de las distintas unidades que componen una organización sanitaria. Resulta fundamental, considerar el efecto sinérgico de cada uno de los componentes de la estrategia corporativa, dado a que el resultante debe ser la integración adecuada y complementaria de cada una de las acciones de salud que se realicen en la organización.
Estrategia de negocios
Este nivel de estrategia trata de determinar cómo desarrollar de la mejor forma posible la actividad de cada una de las unidades de negocio de una empresa a nivel general. Si nos referimos a una organización sanitaria y en concreto a un hospital debemos entenderlo en el sentido de como se desarrollan cada una de las actividades estrategias en las distintas unidades funcionales del hospital. A la hora de evaluar este nivel estratégico puede surgir el problema de las distintas capacidades e incluso peculiaridades internas de cada una de las unidades. En cuanto a las sinergias estratégicas, el énfasis debemos ponerlo en como se producen las relaciones entre las distintas unidades dentro de cada una de las actividades estratégicas que se programan.
Estrategia funcional
Es el tercer nivel estratégico y trata de como se utilizan las estrategias y recursos de cada una de las áreas funcionales de la organización, a fin de lograr el mejor uso de cada uno de los recursos de los que se disponen en la organización. Los componentes que debemos considerar como claves en este nivel estratégico son todas las capacidades que resultan distintivas en cada una de las unidades. También resulta clave el modo en el que se producen las sinergias, dado que de ello dependerá la correcta coordinación e integración de cada una de las acciones que se diseñen en las distintas unidades funcionales. La estrategia funcional es clave para una organización sanitaria, ya que contribuyen en gran manera al logro de los objetivos de la organización, y al logro de la estrategia de nivel corporativo. Podemos considerar que este nivel estratégico es el eje entre la estrategia corporativa y los planes funcionales de la empresa.


Las estrategias funcionales son las más usuales en la actualidad y es por ello, que debemos prestar especial atención a ellas en las organizaciones sanitarias. Podemos distinguir una serie de tipos que exponemos a continuación:


Estrategia de marketing. El marketing es un área que a priori la consideramos alejada de la salud, sin embargo y en la actualidad, la aplicación de adecuadas estrategias de marketing sanitario resultan fundamentales para el éxito de cualquier estrategia sanitaria a considerar.
Estrategias de cuidados. Abarcan el diseño de los planes de atención al usuario, el diseño de como se va a prestar la atención y la localización de cada uno de los servicios de prestación sanitaria y de cuidados.
Estrategias financieras. Es la que estudia la viabilidad y rentabilidad en clave de resultados en salud de cada uno de los proyectos que se desean emprender en las distintas unidades de la organización. Esta estrategia establece también las necesidades financieras, y la rentabilidad esperada para cada uno de los proyectos.
Estrategia de investigación y desarrollo. Estamos hablando de la innovación sanitaria que ha pasado a ser clave en cualquier organización, y más en el sector sanitario. Establecer procesos que impulsen la investigación y la innovación de los procesos sanitarios redundan en una mejor organización de los recursos y en un mejor nivel de resultados en salud para la población.
Estrategia de recursos humanos. Las personas es el área más grande de una organización sanitaria y por tanto, la forma en la que se dispongan y organicen a los profesionales de la organización sanitaria será determinante para el logro de los resultados. Se incluyen las remuneraciones, incentivos, políticas de formación, descansos, etc. Se deben contemplar la estrategia de movilización de personal y como cada una de las personas contribuye al logro de los objetivos.


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