Si prestamos atención a los distintos modelos de gestión de personas veremos que son múltiples y variadas las formas de dirigirnos a la gestión de personas. Es verdad, que el establecimiento de unos u otros modelos va a producir resultados bien diferentes.
Enfoque universalista
Este estilo de gestión de personas se centra en el trabajo de alto rendimiento.


El modelo presta atención a todas aquellas acciones que realizan los profesionales y que suman valor a los usuarios.
Se consideran acciones de alto rendimiento, aquellas que se dirigen:
- A otorgar seguridad
- Realizar técnicas de selección basadas en la ética y competencia
- Equipos de trabajo autogestionados
- Amplia formación y desarrollo de competencias
- Ausencia de barreras diferenciadoras
- Participación en los flujos de trabajo
Bajo este enfoque, se incluye el sistema de compromiso dirigido a implicar a todos los profesionales en todas las etapas de selección de metas y objetivos. Igualmente, trata de fomentar la autonomía y la autogestión de los comportamientos de las personas.
Enfoque contingente
El estilo de gestión de personas depende del estilo de estrategias que se desarrollen en la organización así, si la orientación estratégica es defensiva, los profesionales se centrarán en el desarrollo interno, los objetivos a corto plazo, la eficiencia de la tarea y la orientación hacia la misma.
Si la estrategia es exploradora, las personas se centran en el medio y largo plazo, son personas con alto potencial de desarrollo competencial, creativas y con orientación externa.
Si la estrategia es analizadora, las personas serán flexibles, creativas, eficientes y se adaptan fácilmente a las situaciones de inestabilidad y cambio.
Si la estrategia es innovadora, las personas serán interactivas, basadas en el largo plazo y en el mantenimiento de equipos, el desarrollo de múltiples habilidades, retribuciones basadas en la equidad y con múltiples estilos de incentivos.


Enfoque centrado en los recursos y las capacidades
Este enfoque cumple con:
Añadir valor a la organización. Los profesionales de las distintas unidades desde su condición diferente se centran en añadir valor. Además, son personas que aprovechan las oportunidades generando valor y evitan las amenazas que reducen el valor.


Ser diferentes. La diferencia deriva en la garantía de altos niveles de rendimiento, dado que poseen altas y distintas competencias.
Ser inimitable. Para que esto sucede las personas tienen que tener unos niveles de alta libertad a la hora de tomar las decisiones. Esto, genera soluciones innovadoras.
No ser sustituible. Los profesionales son difíciles de sustituir por su alto nivel de especialización.
Por tanto, este enfoque se centra en cómo se generan ventajas competitivas en salud, ósea la forma de prestar una atención sanitaria valiosa a través de profesionales únicos e inimitables, bajo la visión de prácticas de gestión adecuadas centradas en el valor.


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