En la entrada anterior tratábamos de diferenciar los conceptos de gestor y líder recurriendo al concepto de liderazgo en general y liderazgo enfermero en particular.
Dada la especial vocación de la enfermería por las personas debemos partir de una serie de características personales que establezcan el punto de inicio para convertirnos en verdaderos líderes en nuestro campo profesional y llegar a volver a unir la idea de líder y gestor.
Las personas estamos formados, como dicen algunos autores, por centros de vida, otros autores aluden al mismo concepto denominándolo círculos de vida y lo hacen para describir las áreas que forman la psique humana.
De esta manera podemos diferenciar al menos cuatro áreas, que a su vez se subdividen en diversas partes, que van desde uno mismo hasta las creencias pasando por el trabajo, el placer y las experiencias, hasta formar el círculo vital que nos conduce a lo largo de nuestra vida.
Por tanto en todos nosotros podemos ver:
- Un área que es la que marca la forma de relacionarnos y de interactuar con los demás, que es el área relacional. Las personas necesitamos de este componente relacional tanto en nuestra vida personal como en la profesional.
La enfermería es una profesión especialmente dirigida hacia las personas, donde el desarrollo de esta área cobra una vital importancia puesto que no solo se deben desarrollar relaciones interprofesionales sino que también deben desarrollarse relaciones con las personas.
Los líderes enfermeros no están libres de esta necesidad ya que en el desempeño de sus competencias necesitan crear fuertes lazos relacionales con el grupo al que dirigen.
- Un área de seguridad, de protección; igualmente los profesionales de la enfermería deben tener ampliamente desarrollado su círculo de seguridad que le permita afrontar las situaciones a menudo estresantes que se producen en la relación enfermera-paciente.
Los líderes enfermeros deben tener desarrollada ampliamente esta área, ya que deben sentirse y mostrar que se sienten firmes y confiados en el campo en el que desarrollan su actividad.
- Un área intelectual que todas las personas en su ámbito privado necesitan desarrollar, que los profesionales de enfermería necesitan igualmente tener desarrollado.
Los líderes enfermeros no escapan de tener desarrollada esta área tanto en la esfera privada como en la profesional. Recurrimos de nuevo a la complejidad que posee el desarrollo de la enfermería para indicar que los líderes enfermeros deben poseer competencias y habilidades que abarcan todos los ámbitos de la actividad más allá de la clásicamente identificada como profesión enfermera y que habitualmente se dejaban al azar del futuro y al aprendizaje sobre la marcha.
- Un área de poder o de capacidad de influencia; la enfermera en su habitual desarrollo profesional necesita de esta área para desarrollar unos cuidados de enfermería de calidad, si la enfermera no es capaz de influir en el paciente para aceptar sus cuidados y cambiar sus hábitos no logrará un desarrollo profesional completo.
El liderazgo enfermero necesita igualmente de una especial transmisión de poder e influencia que consiga dirigir el rumbo de los profesionales en la dirección correcta, igualmente la capacidad de influir sobre el grupo es necesaria para provocar el convencimiento de unos valores objetivos y estrategia corporativa compartida.
Las características personales de un buen líder comienzan por ser personas en permanente aprendizaje, en formación continua, en asimilar las experiencias de otras personas, del estudio de disciplinas distintas, de la pregunta y de la inquietud, como decía Hoffer, continuamente aprendiendo para el mundo de mañana por que el de hoy ya pasó.
Un líder es alguien con vocación de servir a los demás.
Los profesionales de la enfermería habitualmente tienen muy presente esta vocación en su desarrollo profesional, pero los lideres enfermeros a menudo olvidan que deben seguir desarrollando esta vocación. Si pretendemos servirnos únicamente a nosotros mismos no seremos ni nadie nos identificará como figura representativa de nada y ni mucho menos un líder de ese grupo de trabajo.
Los líderes de nuestras organizaciones deben emanar energía positiva con afán de permanente construcción y mejora continua que transmita a los demás un impulso de acción permanente. Para ello
deben creer en las personas y sus posibilidades, confiar en ellos y darles confianza.
Nuestros líderes necesitan un modo de vida equilibrado, leen y se informan, aprenden y lo comparten, sin alardes de sus logros.
El líder enfermero ve el ejercicio de su liderazgo como una apasionada aventura de retos, tiene la conciencia de que el todo es siempre mayor que la suma de las partes, que necesita un equipo y que es capaz de trabajar y servir a su equipo para desarrollar los puntos fuertes de todas las personas.
El líder enfermero debe estar en permanente renovación personal, para ser poseedor de un amplio y profundo conocimiento personal y profesional, para ser imaginativos y llenos de fuerza de voluntad, valientes, disciplinados, creativos.
Hablamos de que los líderes enfermeros deben partir de tres rasgos:
- Integridad.
- Madurez.
- Fuerza mental.
Este conjunto de características dota a las personas de una autoridad que va mucho más allá de técnicas y tecnicismos de poder.
Para finalizar una clave:
CONCIENCIA Y FIDELIDAD A ELLA.
es una realidad que estamos avanzado, lo indispensable para lograr ese reconocimiento en la profesión es el conocimiento
Gracias por comentar, benito
Leo este artículo y me parece ciencia ficción con respecto a la realidad actual de la sanidad española, donde prima el «enchufismo» y estamos todavía supeditados al poder médico
Gracias Paco, nada que decir salvo que seguro que entre todos hay cosas que se pueden cambiar.