maripazMaría Paz Mompart García, Enfermera, Licenciada en Humanidades, ex-Directora de la Escuela Universitaria de Enfermería de la UCLM, Directora de Proyectos editoriales, Profesora del Master de Gestión de Servicios de Enfermería y del Curso de Experto Universitario en Seguridad del Paciente ambos de la UNED, entre otros, Vicepresidenta de ALADEFE, Prenio Nacional de Enfermería, con un más que amplio curriculum docente, investigador y de gestíón, y uno de los mayores referentes de la enfermería española a nivel nacional e internacional.

En la presente entrada tenemos el placer de contar con su visión de la enfermería en sus diversos campos de actuación.

1.       Para empezar, ¿Por qué enfermera?

No tengo una respuesta muy clara a esa pregunta. Se suele aludir a la vocación, al sentido de ayuda, a tradición familiar…, pero en mi caso, creo que fue mi inclinación hacia la consideración de las personas en situación de enfermedad y la posibilidad de estar cerca de ellos lo que me hizo inclinarme hacia esos estudios. No tuve nunca duda que era eso lo que quería hacer y tampoco tuve barreras para hacerlo.

2.       Usted ha dedicado parte de su carrera profesional como profesora en escuelas de enfermería ¿Cómo se inició en este camino?

Yo comencé mi trayecto docente en la Escuela, entonces de ATS, de la Clínica Puerta de Hierro de Madrid, que tuve el honor de poner en marcha y de dirigir su transición hacia la transformación en Universitaria. En el hospital Puerta de Hierro, en aquella época, la docencia era una actitud “natural” entre enfermeras y médicos, piénsese que fue el primer hospital público español que puso en marcha el programa MIR para médicos y de los primeros en iniciar programas de formación continuada para enfermeras. En ese ambiente, se decidió abrir una Escuela de Enfermería, adscrita a la Universidad Autónoma, y se me encargó la labor de iniciarla.

3.       Directora de la escuela de enfermería en Toledo, ciudad que quienes conocemos o tenemos el placer de haber vivido en ella no olvidaremos ¿Qué es lo que aportó a su vida profesional el paso por la dirección de esta escuela en la UCM (Universidad de Castilla La Mancha)? ¿un gestor educativo qué competencias debe poseer?

La Escuela de Enfermería y Fisioterapia de la UCLM en Toledo fue otra experiencia de puesta en marcha de un centro de nueva creación. Me dio una nueva visión de enseñanza en un centro multidisciplinar, con sus ventajas y sus inconvenientes, y en un entorno de comienzo de las actividades de la propia Universidad en la ciudad, que tenía grandes expectativas acerca de los diversos centros, el nuestro entre ellos.gestion

En cuanto a las competencias de un gestor educativo, no son muy diferentes de las de otra empresa cualquiera: habilidad para liderar grupos, visión de futuro, manejo de situaciones complejas, atención a las personas que están dentro de los grupos de trabajo y, muy especialmente a los que están algo fuera, los estudiantes., manejo de recursos económicos siempre escasos…

4.       En el actual contexto económico, político y social en el que se está debatiendo el futuro de la sanidad, con más que previsibles cambios en los modelos de gestión, ¿Cómo ve usted estos cambios? ¿necesarios? ¿imprescindibles?

Para empezar, hay que ser conscientes de que la situación en la que vivimos en la actualidad es ciertamente compleja, desde todos esos puntos de vista que enuncian ustedes. En consecuencia, es probable que sea necesario hacer cambios en la gestión del sistema, tal como se viene realizando hasta el momento, con buenos resultados, pero quizá con excesivo coste.

No tengo, sin embargo, tan claro que los denominados “nuevos modelos” sean realmente tan nuevos y que aporten beneficios, tanto a los usuarios como a la propia administración estatal o autonómica, responsable de la prestación de los servicios. Además, siempre he creído que algo que necesita denominarse “nuevo” para ser mejor es cuando menos sospechoso y también creo que debe considerarse que, ante todo, hay una buena y una mala gestión, no una nueva y otra antigua.

Si pensamos en que los denominados “nuevos modelos” son aquellos que tienden a sustentar una gestión de corte privatizador de los servicios sanitarios, me pregunto quién es el que va a ganar en estos cambios. Evidentemente, no es el ciudadano el origen ni el beneficiario de este cambio, sino la gestión en sí misma y las pérdidas y beneficios que comporta el sistema nacional de salud en su conjunto. En todo caso, plantearse que un sistema de salud deba ser productor de beneficios (y su contrario, de pérdidas) es algo no compatible con el concepto de atención descrito y sustentado por nuestras leyes, desde el principio constitucional “todos tienen derecho a la protección de la salud”, siguiendo con la Ley  General de Sanidad hasta la de Cohesión y calidad del sistema de salud.  Es decir, tengo la convicción de que esos “nuevos modelos”  restrictivos y privatizadores de los servicios de salud que ya se están imponiendo en algunos territorios de nuestro país no solamente no mejorarán la situación, sino que incluso atentan contra los derechos de los ciudadanos.

Un nuevo modelo aceptable sería aquel que mejorara algunos procesos asistenciales y gestores, por ejemplo que descentralizara la gestión en las instituciones, reconociendo la labor de los profesionales y pidiéndoles compromiso y responsablidad en sus acciones, centralizara algunas actividades no relacionadas directamente con el usuario, por ejemplo, las adquisiciones de material, estableciera de una vez por todas las conexiones adecuadas entre los niveles del sistema (primaria, especializada, dependencia, etc.) y fijara niveles de calidad aceptables de acuerdo con nuestros recursos. Ha llegado realmente el tiempo de las vacas flacas, hay que ahorrar, pero ello no significa obligatoriamente recortar, sino gestionar mejor y es difícil creer que en el sistema público de salud no se puedan implementar cambios de gestión que mejoren la relación coste-EL LIDERAZGO ENFERMERObeneficio y que una gestión privada sí sea capaz de hacerlo.

5.       ¿Qué papel cree que debe jugar la enfermería en ese nuevo escenario que se dibuja?

Los servicios de enfermería, integrados en el conjunto de las instituciones, han de ser parte imprescindible de estos cambios. Baste pensar que es el colectivo más numeroso, que gestiona directamente una gran cantidad de los recursos utilizados en la atención y que los cuidados enfermeros son en gran medida, elementos definidores de la calidad de los servicios prestados al ciudadano por las organizaciones sanitarias.

Claro está que hay que exigir estas responsablidades en la gestión, asumir algunas nuevas y mantener los niveles de práctica excelente. Desgraciadamente, la gestión enfermera se está desdibujando paulatinamente y ya hay muchas voces que propugnan una vuelta de las enfermeras a sus labores más tradicionales (auxiliares del médico) y más técnicas. El cuidado sigue siendo difícil de definir y, por tanto, de valorar su impacto, por lo que las enfermeras, sobre todo las gestoras, han de ser proactivas y defensoras de su ámbito de actuación, en función de sus intereses como colectivo (que  es necesario defender) pero, sobre todo, de los derechos de los usuarios. Ellos, su valoración de nuestros servicios y de nuestro aporte a su bienestar y su salud, deben ser los mejores activos para apoyar unos servicios de enfermería fuertes y responsables.

Una buena gestión enfermera aporta valor a una organización, pero probablemente se nos exige no sólo gestionar y trabajar con excelencia, sino ponerlo de manifiesto de forma continuada.

6.       Usted participa en un master de mucho éxito, el master de “GESTION DE SERVICIOS DE ENFERMERIA” ¿Qué perfil presentan las enfermeras a las que usted forma? ¿Están preparadas las enfermeras para liderar en gestión? ¿Qué competencias debe desarrollar una enfermera gestora en el actual contexto?

En nuestra experiencia, la formación en gestión interesa a todos los estratos profesionales y nuestros alumnos son tanto jóvenes que comienzan su carrera profesional como enfermeras experimentadas que desean una mayor formación en este campo.

En segundo lugar, creo que las enfermeras, en principio, están preparadas para liderar los cuidados, es decir, participar en los equipos de atención, delegar actividades, orientar a los usuarios en su proceso de salud. En los niveles de gestión (supervisión, coordinación de equipos, etc.) es preciso, en mi opinión, tener una cierta formación específica, al menos de nivel experto o especialista universitario.

En tercer lugar, creo que me he referido anteriomente a algunas de las competencias de la gestión en general, que deben ser aplicables también a la enfermera gestora. Se podrían resumir de manera general en algunos puntos principales, como son: la aptitud para analizar el entorno adecuadamente, especialmente las necesidades de los usuarios, las personas a su cargo y la propia institución,  la gestión de personas (selección, distribución, promoción, motivación), la capacidad de liderazgo de grupos intraprofesionales e interdisciplinares, las habilidades en planificación a corto y largo plazo, la destreza para el manejo de recursos materiales y financieros, la aplicación de principios legales y éticos en sus actividades. Claro está que estas competencias serán de mayor o menor importancia y aplicación según sea el nivel de gestión en que se desempeñe cada enfermera gestora, y desarrollará, por tanto, más unas que otras según sea su puesto de trabajo.

7.       Cuando una enfermera afirma querer dedicarse al campo de la gestión a menudo se la mira con recelo, quizás sea por el estilo de equipos gestores en los que algunas veces priman factores más allá de los competenciales y los del talento, ¿Qué opinión le merece a usted  la conformación actual de los equipos directivos en salud?

Es verdad que parece que actualmente los puestos de gestión tienen una cierta mala imagen, debida probablemente a los sistemas de acceso a los mismos. La idea de que el director/a de enfermería de un centro va “en el paquete” de personas que acompañan a un gerente está muy extendida y es quizá cierta en algunos casos. Igual puede ocurrir en los puestos de gestión intermedios. Un sistema de selección de los cargos más abierto y transparente mejoraría la imagen de los enfermeros gestores e incluso de la propia función gestora, que dejaría de verse como una continuidad obligada de la gerencia, sin capacidad, en esos casos, de planteamientos enfermeros que contribuyeran a una mejor gestión de los servicios.

Veo con preocupación que la fuerte imagen que tuvieron las direcciones de enfermería en los primeros años de su implantación en los hospitales se va haciendo más difusa. EGESTION Y LIDERAZGOn algunos casos, incluso se ha dejado de llamar como tal y se han acuñado otras denominaciones “dirección de servicios asistenciales”, por ejemplo, que no dejan tan claro el puesto y sus responsabilidades.

Sin embargo, es innegable la aportación que se está haciendo desde la gestión enfermera como tal y los avances que se pueden observar, aunque no sean generalizables. Hay excelentes grupos de gestión y muy destacados directores de enfermería, aunque probablemente hace falta más difusión de lo que se está haciendo, de los logros obtenidos, de la especificidad de estas acciones enfermeras en el conjunto de la gestión del centro. La labor de algunas asociaciones, como la de Directivos de enfermería (ANDE) es importante en este trabajo de difusión, pero también hay que hacer esta difusión fuera de los ámbitos meramente profesionales, habría que exceder de estos límites y contarle a los colegas sanitarios y a la sociedad lo que significa una buena gestión enfermera y cuál es el impacto de esta gestión en el bienestar de la población, en los costes, en la accesibilidad y mejora de los servicios.

8.       Si le digo, profesionalización de la gestión sanitaria en general y de enfermería en particular, ¿Qué contestaría?

Le repregunto: ¿qué significa “profesionalización”?

Si nos referimos a la definición de un puesto de trabajo específico y a la fijación de competencias, conocimientos, derechos y responsabilidades y también al establecimiento de sistemas de selección y remoción de las personas que ocupan este puesto, estoy absolutamente de acuerdo. Ello daría estabilidad y seguridad a los gestores para desarrollar su trabajo en un entorno sin las turbulencias actuales, vinculadas a la situación del gerente, que determinan una enorme inseguridad y, sobre todo, marcan el puesto con unas relaciones y exigencias que a veces nada tienen que ver con la gestión enfermera.

Si lo que se pretende es una cierta funcionarización de estos puestos de gestión, con pemanencia inamovible en el puesto, sin contraprestaciones, no me parece adecuado, ya que esta forma de trabajo tiende a la rutina y la inmovilidad.

9. Hablemos de investigación, ¿estamos los enfermeros/as preparados en este campo? ¿no cree que la actual conformación del grado en enfermería debería otorgar más importancia a la formación investigadora? O ¿está bien cómo está? ¿Por qué?

 Investigación es una de las “grandes palabras” que usamos habitualmente en el lenguaje profesional. Es una actividad que, en mi opinión, no es generalizable al conjunto del colectivo profesional que entiendo no precisa investigar de forma habitual. Sin embargo, todos debemos tener una actitud investigadora, saber hacernos preguntas, y sobre todo, saber ser “consumidores” de investigación. Es decir, todos habríamos de mantener una actitud que facilite que algunos lleven a cabo una investigación. Esta actitud se manifiesta por la interrogación continua sobre nuestro trabajo, la búsqueda de nuevas soluciones a problemas antiguos (el “siempre se ha hecho así” es fatal para hacerse preguntas) la lectura profesional habitual, especialmente referida al área de trabajo, el análisis crítico de los hallazgos de la investigación revisada, y la aplicación, en su caso, al trabajo propio. Por este razonamiento, la formación que reciben los actuales estudiantes de enfermería es adecuada sobre el papel, aunque, como ustedes saben, los planes de estudio se aplican de diferente manera en las distintas universidades. Sin embargo,  para trabajar en investigación, hacer proyectos de investigación que sean algo más que la aplicación de una encuesta y el conteo de sus resultados, hay que formarse más, de forma específica, adquirir nuevos conocimientos de métodos y herramientas,   trabajar en equipo y también estar dispuesto a entregar horas de tiempo personal a este trabajo investigador.

10.   Investigación y publicación, ¿publicamos bien? ¿suficiente?, tenemos la percepción de que es el momento de empezar a ser más rigurosos en lo que publicamos ¿Qué opina?

La investigación tiene como una de sus finalidades la publicación de sus resultados, de manera que se puedan discutir, mejorar y aplicar, en su caso. En mi opinión, no publicamos suficiente y por otro lado, hay muchas publicaciones que no merecen llamarse “científicas”. La cuestión del rigor en la publicación es clave, aunque probablemente se podría hacer una clasificación de publicaciones de acuerdo al nivel, del principiante al experto, incluso en una publicación de alto nivel, introducir una sección para investigadores noveles.

El problema actual es que los profesionales están obligados a publicar por las diferentes instituciones (universidades, empresas) y todos pretenden hacerlo en revistas de alto impacto. En este sentido, cualquier tema es bueno y muchas veces, los autores se fijan más en las condiciones de publicación que en la calidad de su investigación.

LIDERAZGO GESTION DE ENFERMERIA

Los editores de revista tienen un papel de enorme importancia, ya que deben marcar los límites de lo bueno y lo malo, es decir, extraer el grano de la paja de lo que reciben, teniendo en cuenta que, a veces, mantener una revista es aceptar algún artículo que no alcanza niveles de calidad. Igual ocurre con las reuniones científicas de distintos ámbitos profesionales, en las que en ocasiones, se escuchan participaciones de hallazgos de investigación que dejan bastante que desear.

¿Ser más rigorosos? Sin duda, pero no hay que olvidar que la propia publicación de un artículo puede ser estímulo para el autor y para otros que lo puedan leer.

11.   Redes de comunicación, tecnologías 2.0, ¿Qué importancia le merecen estos paradigmas? ¿Cree que los equipos gestores sanitarios en general y de enfermería en particular deben prestarle más atención?

Son elementos de nuestra sociedad y forman ya parte de las actividades habituales de una empresa. Los gestores sanitarios creo que no los usan adecuadamente (si es que los usan) probablemente por una laguna en su formación y experiencia. Sin embargo, son herramientas utilísimas que ya en algunos casos se están instaurando con fuerza en ciertas instituciones, aunque creo que habrá que dar algún tiempo más para evaluar esta implantación, así como su utilización e impacto en los servicios.

12.   Usted tiene fama de exigente, probablemente esta sea una de las claves del éxito que le ha llevado a conseguir  entre otros muchos galardones  el Premio Nacional de Enfermería por su trayectoria profesional, ¿De qué parte de su trayectoria profesional se siente especialmente orgullosa? ¿Cómo planificó usted y con qué objetivos su carrera profesional?

La fama de exigente es un peso que me ha acompañado siempre y que creo inmerecida, ya que solo he tratado de hacer las cosas lo mejor posible e impulsar a mis colegas a que también les guiara esa convicción.

Me siento orgullosa de toda mi carrera, desde mis principios como enfermera en un hospital de Berna, en Suiza, continuando por mi trabajo en Puerta de Hierro, de Madrid, como enfermera en diferentes puestos y mi labor docente, a la que antes he hecho referencia.

Probablemente, si tuviera que destacar alguna etapa, lo haría con mi aportación al proceso de cambio que supuso la transformación de las enfermeras, de ATS a Diplomadas, en las distintas comisiones de trabajo que condujeron a este cambio y con mi participación en el diseño y desarrollo del Curso de Nivelación de ATS de la Universidad a Distancia (UNED), que permitió que cerca de 100.000 enfermeras obtuvieran un titulo universitario, en tiempo record. No hay que olvidar que esta transformación ha sido paso imprescindible para los demás avances que se han producido con posterioridad, como son las especialidades y la equiparación con  las demás titulaciones universitarias, con el título de Grado.

13.   ¿Qué le diría a una enfermera que quiera dedicarse a la gestión sanitaria? ¿Qué estrategias aconsejaría  seguir para impulsar su formación y su carrera gestora? ¿Entre las estrategias habría que dar más peso a la investigación en la formación gestora?

Le diría que adquiera experiencia como enfermera, que domine completamente su ámbito de trabajo, que alcance la excelencia en él  y que se prepare con una formación adecuada. Que trate de planificar este trayecto, dentro de los estrechos márgenes que lamentablemente tiene la actividad enfermera en el momento actual.

En cuanto a la formación en investigación, entiendo que la enfermera gestora, como la enfermera general, no tiene por qué ser investigadora activa, sino impulsora de la investigación en los grupos a su cargo que tengan las capacidades y la habilidad para esta tarea investigadora.

En todo caso, su formación ha de tener un fuerte componente de investigación, que le permita tanto llevar a cabo algún proyecto útil, como como evaluar las posibilidades de investigación en sus áreas de responsabilidad, proveyendo de recursos (tiempo, material, incentivos) a las personas y motivando la investigación como una actitud general en sus equipos de trabajo que tiendan a la búsqueda de respuestas novedosas y de  mejora, de lectura crítica y de aplicación de los resultados.

14.   Para concluir, desde este blog tratamos de insistir en la necesidad que tienen las enfermeras gestoras y los equipos directivos enfermeros en formarse en campos como finanzas, dirección estratégica, liderazgo, Recursos Humanos, y Comunicación ¿Qué opinión le merecen estas afirmaciones? ¿Qué añadiría o quitaría? ¿Por qué?

No puedo más que estar de acuerdo con ellas. Añadiría aspectos de ética profesional, de las organizaciones y de los servicios públicos, temas de legislación en estos campos, de sociología de las empresas y también cuestiones de tecnología aplicada.
La formación para el ejercicio enfermero es ya muy compleja y más aún lo es la de las enfermeras gestoras, que cubren una gran cantidad de aspectos personales, técnicos, ideológicos, de conceptos y de aplicaciones prácticas.

En eso estamos y quizás podamos alcanzar entre todos no solo promocionar una formación gestora de calidad, sino ponerla en valor ante la profesión y sus usuarios.

Queremos mostrar nuestro agradecimiento a Mª Paz Mompart por su colaboración con nuestro blog, esperando que su visión nos sirva a todos a seguir el camino de la mejora continua y el compromiso que todos tenemos con la excelencia.

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