Las organizaciones sanitarias se componen principalmente de personas siendo estas, las responsables de la mayor parte de las acciones que se dirigen a la salud y su mantenimiento. De ahí que, el conocimiento de estas personas y cuáles son los elementos que las motivan es uno de los principales retos a los que se debe enfrentar la gestora enfermera independientemente del nivel de función directiva en el que se encuentre.
¿Cuáles son los principales elementos que mantienen motivada a una enfermera?
Queremos hacer la precisión en la importancia no solo de personal de enfermería motivado si no que además, queremos señalar la necesidad de mantener en el tiempo esta motivación. Así el conocimiento de los mecanismos que mantiene activada la motivación de las enfermeras es un gran reto gestor.
De este modo, debemos acudir a la satisfacción de necesidades que, desde distintos ángulos casi todos los teóricos ponen en el centro de la responsabilidad de la motivación. Así, debemos citar a Cortes Rubio y colaboradores por ser parte de los investigadores que definen la satisfacción laboral en el entorno sanitario como: “ el grado de bienestar que experimenta el individuo con motivo de su trabajo”.
Por ello, resulta pertinente hablar de la autorrealización como uno de los principales motivadores del personal de enfermería.
Los componentes de los equipos de la enfermería deben sentirse plenamente desarrollados en su actividad y esta va mucho más allá de la prestación de cuidados y de la consideración acerca de la vocación, como elemento de mantenimiento de la motivación.
Así se deben poner en consideración la capacidad de realizar la actividad del cuidado con autonomía científico-técnica y que esta autonomía, encuentre su acomodo en las líneas estratégicas y en los objetivos de la organización.
También se debe considerar el sentido de pertenencia y participación en los grupos de trabajo. De ahí que, una gestora enfermera debe emprender la ardua labor de conformar equipos de trabajo participativos y plurales en los que integrar las diversas voluntades y formas de entender los cuidados y la salud. Este grupo además, debe aportar la seguridad que las personas necesitan como bien mencionan, muchos de los teóricos.
Además de lo anteriormente citado, para el mantenimiento de la motivación la gestora enfermera debe trabajar tres aspectos más como son: el liderazgo, la competencia profesional y las relaciones interprofesionales.
El liderazgo transformador es el pilar central a partir del cual construir un clima motivador para las personas que integran los equipos de enfermería de las organizaciones sanitarias. Donde la escucha, la empatía, la asertividad y la promoción de las personas son fundamentales.
Las relaciones interprofesionales. Los profesionales sanitarios deben satisfacer sus necesidades en relación con su pertenencia e identificación a los diferentes grupos de personas que trabajan en un centro sanitario. Sin embargo y a la vista de diferentes estudios realizados al respecto, es una tarea que no parece sencilla de conseguir. Los profesionales sanitarios parecen seguir caminos en paralelo considerados desde la óptica multidisciplinar. Si hacemos referencia a los estudio de Marqués y colaboradores médicos y enfermeras no se reconocen como pertenecientes a los mismos grupos de trabajo aunque cada uno se perciban como pertenecientes a los grupos de sus propios colectivos.
Es por ello, que la gestora enfermera debe centrar parte de su esfuerzo junto con otros gestores, en integrar los diferentes equipos de trabajo, sus diferentes sensibilidades e idiosincrasias además de garantizar la independencia científico-técnica necesaria.
La frustración
Podemos entender por frustración como el sentimiento que experimenta una persona que no ha satisfecho una determinada necesidad o no ha conseguido alguno de los objetivos que se proponía.
La frustración es un hecho consustancial con la propia persona y debe ser considerado como una parte más del éxito y el logro. Sin embargo, las personas tanto en nuestros entornos personales como profesionales, raramente estamos preparadas para afrontar los procesos de frustración y gestionarlos de forma adecuada.
Es por ello que la frustración es otro de los elementos a tener en cuenta en el ámbito profesional de la enfermera dado que, la no identificación con los objetivos, la ausencia de un clima laboral adecuado, la inexistencia de elementos que doten de un adecuado contenido el puesto desempeñado, darán lugar a la frustración y con ello el descenso en el rendimiento tanto de las personas como de los diferentes equipos.
La gestora enfermera debe entender cual es el proceso de la frustración. Así Lewin definiría en primer lugar la frustración por barrera. Este es el proceso que se produce cuando se interpone ante la persona un obstáculo que imposibilita la consecución de lo que deseamos. De forma que relacionado con el mundo de la enfermería, el simple hecho de no conceder un día libre puede dar lugar al inicio de este proceso de frustración y con el la desmotivación.
La frustración por incompatibilidad. Surge cuando la enfermera debe elegir ante dos objetivos o situaciones en los que debes de elegir. Como por ejemplo la asistencia a un curso o las relaciones familiares. Así y de la misma forma que comentábamos anteriormente, no facilitar los días libres para asistir a un curso en jornada laboral, puede tener segundas y terceras derivadas de caracter personal y profesional que terminen en la desmotivación.
Frustración por conflicto. Surge cuando de entre las opciones disponibles, no se encuentra una adecuada a la situación. Ante la incapacidad para realizar el proceso de toma de decisiones puede surgir la desmotivación y frustración.
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