La creatividad en las organizaciones sanitarias, el ser creativo algunas veces puede convertirse en un problema en organizaciones tan verticales como lo son en la actualidad nuestras organizaciones.
Lo cierto es que con la transformación del tipo de estructura es posible que tampoco lográramos esto, lo que realmente abriría las puertas a la creatividad en nuestras organizaciones es el cambio, el cambio de sus integrantes, el de todos los que día a día desarrollamos nuestra actividad en centros sanitarios.
Es curioso para empresas de corte dinámico como lo son las organizaciones sanitarias que la mayor parte de las soluciones que se nos ofrecen tengan que tener un origen externo, casi hacemos responsable a los gestores o incluso a la industria de estas soluciones.
Debemos diferenciar entre las ineficiencias del sistema, del problema acerca de la capacidad de ser creativos y generar otra forma de trabajar y hasta incluso de liderar tanto la organización, las unidades y en el caso de las enfermeras de liderar los cuidados.
Esto se hace patente al introducir procesos PDCA en nuestras unidades, una vez formados los grupos de trabajo, las soluciones cuesta sacarlas, estamos muy poco entrenados a ser imaginativos y creativos, estamos mucho más entrenados a esperar que la solución nos sea dada desde «arriba».
Después de unos cuantos meses tratando de trabajar con esta metodología, es esa una de las conclusiones.
Cuesta mucho convencer a grupos de trabajo a que salgan del:
Esto hay que enviar una nota a la dirección de enfermería…..
Esto hay que dárselo por escrito al jefe de servicio…….
La pregunta a menudo se repite constantemente….
Ya, pero cómo podemos buscar solución dentro del propio grupo sin tener que derivar a otros el tema.
Es más cuando hacemos esto, habitualmente la solución aportada externa al grupo va a tener una peor acogida dentro del mismo.
Con esto no estamos tratando de responsabilizar a nadie, por el contrario de sentirnos todos parte de la solución del problema.
Al comienzo hablábamos de cambio, los gestores, todos los que de una forma u otra tenemos cierta responsabilidad sobre grupos más o menos grandes de personas debemos asumir nuestra propia dosis de responsabilidad, debemos inyectar una o varias dosis a la cultura organizacional en este sentido.
Y esto es porque todas las personas tenemos capacidad de ser creativos, las enfermeras lo son y los gestores también pueden serlo, tan solo hay que dejar salir el estilo personal y grupal de creatividad, de generar un espacio donde la creatividad tenga lugar.
Si decíamos que nuestras organizaciones son de corte altamente dinámico, y lo son porque trabajamos con personas y nuestro producto es un servicio, ya sea este la salud o el cuidado, necesariamente las personas integrantes deben de ser creativas y a poco que se busque deben salir personas emprendedoras, competitivas, ambiciosas que disfrutan de la elaboración de soluciones.
Nuestros centros casi siempre son estructuralmente contrarios al desarrollo creativo, los espacios y uniformaciones en ocasiones ayudan poco a esto.
Generar espacios para «pensar» también es posible en nuestros hospitales, es más nos atreveríamos a decir que es fundamental en la búsqueda desde dentro de vías que ayuden a la sostenibilidad del sistema. No somos Pixar ni Google o GE pero hacer benchmarking en su forma de actuar es posible que nos viniera bien.
Empecemos por el principio, para ello tan solo hay que buscar una sala, en cada una de nuestras unidades, servicio o centro, darle la vuelta a su estética además de ponerle un llamativo cartel de «Area de pensamiento Creativo», para que en ese lugar todos pudiéramos sentirnos libres en la diversidad de pensamiento y búsqueda de soluciones a nuestros problemas del día a día o no tan del día a día. Si tenemos un control, office, baño asistido, sala de información, cuarto de sucio……Tengamos un área de trabajo llamado «Area de de Pensar»… y lo que es más importante, usemosla!!.
Cuando decimos esto no estamos olvidando algo que seguro que ya ronda en las cabezas de algunos…...«el tiempo». Pues dotemos también de tiempo para la generación de ideas alejadas de las soluciones incrementales, que al final no son más que «más de lo mismo».
Por cierto y para terminar, en nuestro «área de pensar» no habría cafetera….
Otra forma de hacer es posible
Muy interesante lo leído,creo que la rutina es lo que muchas veces nos paraliza de todo posible cambio, que en muchas ocasiones hay que animarse a introducir cambios ,que estos surgan del grupo de trabajo para que se sientan y se defiendan. Gracias por su atención
Gracias por comentar.
Hay que animarse y …… Favorecer los necesarios.
Desde luego que los primeros beneficiados de poder participar en grupos de mejora o seguridad somos los que participamos; como te he dicho yo participo en la UFSP y no creo que sea en beneficio de tal o cual certificado o «pose»… pero quería reflejar lo que tantas veces tengo que oir.
En cuanto a la verticalidad… es cierto que la autorganización suele ser más satisfactoria pero no lo es menos que sin cierta ‘comunicación’ con las estructuras de la organización los cambios propuestos serían «agua de borrajas». Los buenos gestores saben ‘engarzar’ esta clase de gemas en una estructura con lógica y coordinación.
Me permites puntualizar??? sin cierta comunicación….. Sin comunicación cierta…. diría yo, los buenos gestores y con un plan gestor! saben hacerlo…
Hola Alberto; en primer lugar quisiera comentar que, desde fuera, se tiene la impresión que los grupos de trabajo o de mejora (o cualquier etiqueta por el estilo) son un ‘requisito’ de las acreditaciones de calidad que los gestores parecen necesitar para su propia imagen… me lo han dicho muchas veces y de muchas formas.
Partiendo de esa premisa bien puede aseverarse que quienes se apuntan (nos apuntamos) a grupos, equipos o unidades (como la unidad funcional de seguridad del paciente) lo hacemos ‘saltando’ ya una barrera… la de la predisposición a pensar que se está siendo instrumentalizado de alguna forma.
En mi caso particular y por mi experiencia si puedo decirte que no es tanta la «falta de creatividad» sino el conocimiento de barreras estructurales y de carencias de la propia organización las que ‘frenan’ las ideas… o las modulan a lo que veo ‘posible’… y puede que ese sea un fallo pues innovar es, en cierto modo, atreverse.
Una buena entrada para que reflexionemos.
Gracias como siempre por pasarte, comentar y dar un punto de vista que ya sabes que siempre digo que nos enriquece a todos.
No digo que no tengas razón, en mi caso particular tengo que decir que el grupo de trabajo (que formamos todo el equipo, ya que no lo hemos dividido en subgrupos contra la metodología tradicional) es únicamente iniciativa del propio grupo trabajar de una determinada manera las áreas de mejora y llegar a consensos.
La costumbre de que todo tiene que venir de forma vertical es la frontera que cuesta vencer.
Las barreras estructurales son las que no es que tengan que cambiar, tienen que desaparecer, frenar la creatividad de la organización, de sus integrantes, es condenarla al fracaso, y hay muchas formas de fracasar…
Prefiero escapar de la idea que si tal o cual persona se beneficiará del trabajo interno del grupo, prefiero pensar que los primeros beneficiados somos nosotros, de nuestra creatividad para buscar soluciones somos los propios integrantes del grupo los que nos beneficiaremos, luego es cosa de otros el reconocimiento al grupo… pero eso es otro tema.
Sigue pasando por aquí…