Seguro que en muchas ocasiones nos hemos parado a pensar y reflexionar sobre qué es y cómo debe ser una buena enfermera.
Aunque no lo creamos basta con que hagamos un pequeño análisis en nuestro entorno para darnos cuenta de las diferencias de criterio, concepto y opinión sobre lo que es o no es una buena enfermera.
Queda muy bien para gran parte del colectivo y del moderno postureo enfermero pensar y creer que ser enfermera es ser algo y alguien especial, esloganes y mensajes al respecto hay muchos a lo largo y ancho del país y también fuera. Es verdad que son divertidos, nos arrancan una sonrisa y nos hacen sentir muy bien, pero a nosotros no nos gustan, o nos gustan casi tan poco como ese estereotipo de la «enfermera cachonda» que tan desafortunadamente se utiliza, tan desafortunado como el pensar que en nuestro país bailamos y cantamos sevillanas y somos toreros. Aunque no se crea hay compañer@s que han utilizado y utilizan el estereotipo enfermero como reclamo para fiestas enfermeras de carácter sobre todo universitario.
No es por tanto el mismo concepto sobre qué es una buena enfermera el que tienen los distintos profesionales y el que tienen nuestros pacientes.
Para un médico, para una mayoría del colectivo médico, el concepto de buena enfermera es:
El de la persona que eficazmente (lo de la eficiencia casi nunca importa) realiza una serie de «tareas», encargos, acciones que se tratan de englobar bajo el paraguas de «ordenes médicas». Sirva de ejemplo, la buena enfermera es la que:
- Toma las notas durante la visita al paciente
- Hace llamadas para reclamar pruebas.
- Rellena el volante de la analítica cuando «estoy ocupado»
- Me da relleno el volante para que lo firme.
- Me administra un analgésico… porque no tengo tiempo de subir a firmar ordenes.
- Tapa mis ausencias.
- Reparte los informes de alta médica, resuelve las dudas sobre éste o hasta incluso corrige posibles erratas.
- ……..
Y una larga lista de tareas más seguro que a much@s que lean esta entrada seguro que se le ocurren.
Pero cuidado que no todos, insistimos, no todos estamos de acuerdo.
No todas las enfermeras, hay un segmento del colectivo enfermero piensa, cree y siente, que:
La buena enfermera es la que de forma eficaz (seguimos sin hablar de eficiencia) realiza estas tareas ganándose un «presunto» favor y simpatía de parte del colectivo que debiera realizar tareas y funciones que son suyas.
Y si hasta aquí no hay uniformidad de pensamiento sobre la buena enfermera, vayamonos a nuestro propio colectivo.
Dentro del colectivo enfermero, tampoco hay criterio uniforme sobre que es una buena enfermera.
Si estamos seguros que si nos decidimos a realizar un trabajo más o menos de corte científico y entregamos a unos pocos de cientos de enfermeras un cuestionario que liste las posibles competencias de la buena enfermera y es bien seguro que las respuestas se van a agrupar en torno a una serie de competencias comunes.
Pero si, nos vamos a un simple estudio observacional, a observar nuestro comportamiento diario, el de nuestra práctica profesional diaria, se produce un extraño fenómeno que casi siempre ( no siempre) produce una corriente de opinión que nos lleva al concepto de la buena enfermera.
Tendemos a pensar frecuentemente que la buena enfermera es la que:
- Carga la medicación más rápido que nadie.
- Reparte la medicación más rápido que nadie.
- Es simpática mientras se toma café.
- Se lo sabe todo durante el pase de visita médica…. con lo que implica saberlo todo, lo mío, lo del médico, lo tuyo, lo de la de arriba y lo de la de abajo.
- Hace rápidamente las curas…. ahora lo llamamos «hacer los cuidados». (siempre pensamos que hacer cuidados es otra cosa).
- Hace a tiempo la agenda del programa informático de registro del trabajo enfermero.
- Escribe bien el cambio de turno.
- Mientras permanece siempre visible, si la buena enfermera es siempre muy visible, tiene un don, miremos donde miremos la vemos en el sitio de referencia de las unidades de enfermería, el control de enfermería.
Falta algo clave para ser considerada una buena enfermera, vivir permanentemente reivindicando que somos pocas enfermeras en la unidad, en largos debates de «control de enfermería» con quien se preste, da igual quien sea.
- Tarda mucho tiempo en «repartir» la medicación
- Tarda mucho en hacer «los cuidados».
- Nunca se sienta con nosotr@s al café.
- Escribe cambios de turno interminables.
- Se va siempre tarde de la unidad.
- ……
Y de nuevo otra lista interminable.
Hay quizás una pregunta clave con su respuesta, una imagen, chiste o estereotipo:
– —-¿Dónde está fulanita?¡¡mira que tarda en hacer las cosas!! que tiene que irse a pasar visita que la llevan esperando 3 minutos (supervisora de unidad)
—-No se porque no tenía tan mal el pasillo, es que mira que se lía y se enrolla ehhhhh!!! (enfermera sentada en el control de la unidad)
Hay otro ángulo sobre este debate de la buena enfermera que es el ángulo del paciente.
Cuando analizamos las encuestas de satisfacción, recogemos el sentir de los pacientes a través de sus notas de agradecimientos, en la mayor parte de las ocasiones la satisfacción de nuestros pacientes y sus acompañantes viene de la mano de:
- La simpatía
- Cercanía
- Amabilidad.
- …..
Adjetivos en esa línea los que queramos.
Y esto es para hacérnoslo pensar y mirar… cuáles son las cosas con las que se quedan nuestros pacientes y sus acompañantes:
Las pequeñas cosas, los pequeños detalles, los aparentemente sin importancia gestos.
Está entrada no da ni grandes respuestas, ni grandes soluciones, pero si nos queda una pregunta:
¿Que es ser una buena enfermera?
¿La que planifica y administra cuidados profesionales?
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