Tenemos la sensación volviendo sobre el tema de los valores y principios, que entramos en una de las áreas más complicadas para la gestión de esta era de la comunicación, de la crisis económica y porque no vamos a decir de la social también.
Ya lo hemos dicho más veces en aquellos foros donde se ha tocado el tema, que es muy posible que este contexto en el que vivimos no se resuelva de verdad sin un verdadero y sincero análisis de los valores y principios, tanto los individuales y propios de cada uno de nosotros como los de esta convulsa sociedad.
Vivimos en la sociedad de la velocidad, donde todo lo queremos rápido, desde la comida al éxito traducido en dinero (o no) pasando por el progreso y crecimiento personal y profesional.
Todas aquellas personas, que viven dedicadas a crecer desde el esfuerzo, desarrollo del talento a través del estudio, a menudo son tachadas en sentido peyorativo de tener «el síndrome de la titulitis», eso ya de por si es significativo.
Y aunque mirando alrededor en ocasiones es posible ese síndrome, basta mirar el lamentable debate de las últimas semanas, ese es un camino más seguro y de mayor trayectoria.
Por ello vamos a tratar de invitar a reflexionar y debatir en el entorno de los principios y valores.
Toda organización que se precie tiene definidos unos valores, nosotros mismos también los tenemos definidos, ¿Cómo es que hay tantos valores? ¿los enunciamos y los poseemos? ¿son papel mojado? ¿Qué son los valores?
Comencemos por los principios, como no somos profesionales de la ética nos vamos a quedar en que los principios son todos aquellos aspectos que no negociamos, ante lo que nos mostramos inflexibles.
¿Ante que aspectos se consideran inflexibles nuestras organizaciones? ¿y nuestros gestores? ¿nuestros mandos intermedios? y…¿el personal asistencial?.
¿Tiene la cultura de organización establecida unos verdaderos principios de liderazgo, gestores, asistenciales…?
«No, yo soy una persona de solidos principios pero me voy a las 12 a mi casa…»
Demasiadas interrogantes.
Siendo menos críticos diríamos que si poseemos un principio básico y fundamental, el de servicio a la sociedad y a la persona.
¿y los valores?, ¿qué son los valores?
Si le preguntamos al «señor google» nos devuelve cosas como:
Es la cualidad de un sujeto u objeto…, … los atributos o una estimación de ellos…, … positivos o negativos….
Los valores, si los tratamos de llevar a nuestro terreno, son guías estratégicas, la puesta en práctica de los principios, lo que orienta nuestra conducta.
Los valores siempre existen aunque a menudo no somos conscientes de ello. Continuamente estamos eligiendo opciones, emitiendo juicios, siempre estos son regidos por nuestra marca personal de valores.
Por tanto, una organización pensando en el todo o una unidad asistencial, donde muchos ejercemos nuestra profesión, estará bien conducida y liderada en función de las elecciones estratégicas que haga, sobre el lugar donde deposite sus ejes.
Una unidad asistencial estará bien asentada si está impreganada y en su cultura está incluida la orientación al logro y la gestión de valores.
Para un directivo, para un gestor uno de los trabajos más importantes, diría que más importante que el de cuadrar números o recursos, es el conformar una solida estructura de valores, económicos, emocionales y éticos.
Osea que cuadren nuestra vocación de servicio a través de unas reglas de juego como son la calidad, eficiencia, creatividad, innovación, generosidad, respeto y honestidad.
Gestionar con valores significa comprometernos con la transformación de estos valores en conductas operativas fuera de los marcos conceptuales.
Significa como vamos a actuar mañana cuando como enfermeros vayamos a aplicar los cuidados a la molesta paciente (y familia del 37-b).
Significa que como gestor del cuadro de la alta dirección del centro o como mando intermedio sepa, sepamos que gestionar con valores significa saber que trabajamos con profesionales no con operarios o meros ejecutores del campo de batalla de la práctica asistencial, o como dirían nuestros amigos Carlos y Andoni, «de la jungla».
Pensemos que gestionar con valores debe inspirar y legitimar nuestros actos, debe generar confianza en el que nos mira, facilitación de las cosas, inducción a la ilusión, vocación de excelencia.
Vuelve a aparecer la palabra «confianza». La confianza es la palabra clave si queremos basarnos en principios y valores.
Sepamos todos, que uno de los grandes culpables de la resistencia al cambio es la falta de inclusión de soliddos valores profesionales y personales en la cultura de la organización.
Tengamos valor, gestionemos fuera del área de confort aunque comencemos por pequeñas cosas.
Interesante este post,me parece acertado hacer mención a los valores y principios que nos gobierna (?). Tu crees que los gestores hacen lo propio con esto, gestión en valores?, en principios?, o eso deberían de hacer. Mi experiencia es que poco. A veces el sistema no da para más y no favorece este tipo de gestión. Te recomiendo el libro de Diego Gracia, Valor y precio…si me lo permites. Saludos bioéticos.
Gracias Javier, dobles gracias por tu comentario y por el consejo,me llevo el libro.
La experiencia de todos es muy parecida, unos por unas razones, otros por otras… Desde aquí creemos y pensamos que otra manera de hacer es posible, no fácil, pero si posible.
La complejidad es la cultura de la organización, la cultura gestora, la imagen profesional implementada y algún otro factor, por ello nosotros repetimos y repetimos determinados conceptos.
La cultura de la organización necesita de tiempo y trabajo, duro trabajo y pasar muchos malos ratos hasta ver dar rendimiento. Hay que insistir y trabajar, con honestidad, esfuerzo y mucha pasión.