Para entender la dirección por objetivos debemos comenzar por saber al enfrentarnos a este proceso es que no es un sistema administrativo más de los múltiples existentes.

La dirección por objetivos pretende una acción clara, sencilla y eficaz con el que objetivo de precisar aquello que hay que lograr. La dirección por objetivos provee un control individual de cada una de las personas que participa, favoreciendo la autogestión de las actividades que lleva a cabo. Es decir, importa lo que cada uno de los individuos hacen y quieren hacer, favoreciendo la creatividad y la innovación en la realización de las tareas que le son propias.

La dirección por objetivos genera un proceso de determinación y búsqueda de objetivos deseables para la organización y cada uno de sus miembros. Estos objetivos están precisamente definidos señalando de tal forma a las personas que deben alcanzarlos y favoreciendo que estos, se identifiquen con ellos.

En la definición de los objetivos, no se realiza una adaptación de los deseos de los cuerpos directivos de la organización, si no que se trata de lo que verdaderamente es deseable para la organización, las personas y la sociedad a la que se dirige el producto del resultado.

La dirección por objetivos cobra sentido cuando todos los miembros de la organización participan en la definición de los objetivos. Los objetivos reflejan los deseos de todos y lo que quieren hacer para conseguirlos. Solo mediante esta participación y toma de decisiones es posible lograr unos objetivos verdaderamente ajustados a la organización y sus fines.

Es decir, la participación de todas las personas genera una mejor toma de decisiones, lo que produce unos mejores resultados y, por tanto, una mayor satisfacción de todas las partes.

A su vez, debemos tener en cuenta el método que se lleva a cabo para la toma de decisiones, ya que el método es el que va a determinar cómo son estas decisiones. En este sentido, hay que considerar que la participación fortalece las líneas de autoridad. Además, la participación va más allá de una mera reunión para determinar objetivos. También hay que considerar que, una decisión es buena cuando vemos los resultados no cuando realizamos el proceso de toma de decisiones, así la participación activa de la organización sirve para diseñar una buena decisión, pero sobre todo para ejecutarla.

Cuando se diseñan los objetivos hay que tener claro cuál es nivel de influencia de las distintas personas en los mismos. Participar en sí mismo, no es realizar una cogestión en la empresa, ni tampoco sinónimo de un liderazgo participativo. La participación corresponde a las personas que directamente deben alcanzar esos objetivos.

Por tanto, no todas las personas deben participar en la configuración de los objetivos si no que lo harán en la medida en la que estos objetivos guardan relación con el trabajo que llevan adelante.

Aplicar la dirección por objetivos no es una opción inevitable, debe ser un estilo de gestión optativa, elegible por la organización. Es un proceso que se inicia en los beneficios que genera y termina en la participación activa de sus miembros. De forma, que es reconocido la participación de las personas con el servicio prestado.

Finalmente, se trata de comprender por qué sucede el proceso, no se trata de que las personas realizan la tarea si no que las tareas son realizadas porque son parte de un objetivo.