ISBN de la publicación: 978-84-697-5429-0
[qodef_separator class_name=»» type=»full-width» position=»center» color=»#641C34″ border_style=»solid» width=»» thickness=»» top_margin=»» bottom_margin=»»]Hablar de dirección estratégica convierte en imprescindible hacerlo sobre una de las personas más influyentes en el mundo del management, que más ha estudiado y desarrollado la buena gobernanza de las empresas desde los distintos puntos de vista. Nos estamos refiriendo a M. Porter.
Porter es responsable de teorías empresariales como la cadena de valor, las cinco fuerzas competitivas, grupos estratégicos, la ventaja competitiva y la estrategia. De la misma forma Porter es un referente al hablar de competitividad e innovación.
Competitividad
Por competitividad debemos entender la capacidad para realizar un desempeño que nos sitúe a un nivel superior o al mismo nivel que organizaciones similares a la nuestra.
A la hora de competir debemos tener en cuenta:
El liderazgo en costes. En conseguir que la organización sanitaria sea viable y sostenible económicamente en el tiempo independientemente de la fuente de financiación de la que provengan los recursos.
El producto. Así en el ámbito sanitario el producto es la capacidad de servicio medidos en términos de salud para la población. La consecución de mejores resultados en términos de salud y del cuidados, hará de nuestra organización competitiva y referente.
El diamante de Porter
El diamante de Porter debemos conocer que se trata de una teoría que se refiere al nivel macro, pero que es posible adaptar al resto de los niveles con tan solo cambiar la perspectiva del significado del macro-meso-micro.
Así, si tratamos de adaptar el diamante de Porter al ámbito sanitario, tendremos que decir que:
Es el modelo que analiza las ventajas competitiva que ejerce nuestra organización dentro del entorno global sanitario.
Más aún pensemos en una unidad de enfermería, el diamante de Porter vendría a significar lo que nuestra unidad ofrece de forma diferente y diferenciadora con respecto al resto de las unidades de enfermería de nuestro hospital (si nos referimos a uno de ellos).
Partiendo de este hecho debemos señalar que los factores que determinan la ventaja competitiva de una organización, se compone de cuatro factores, que adaptados a nuestra situación serían:
- El marco físico donde se desarrolla la actividad de salud.
- La Ubicación. Siendo esta la zona geográfica y ámbito de influencia donde se realizan las actividades respecto a la salud y el cuidado.
- Los recursos. Siendo aquellos recursos de los que nuestra organización de forma directa o indirecta puede disponer para aplicar a la salud y su proceso.
- La mano de obra. Referido a los recursos humanos de los que dispone la organización o los que pudiera necesitar si estos fueran necesarios ante distintas situaciones. En este punto se contemplan factores de especialización y capacitación competencial.
- La población. Referido al tamaño de la población a la que se ha de dar cobertura y atender a las necesidades del proceso de salud incluidos los tiempos de promoción de la salud y prevención de la enfermedad.
Existen dos factores que se deben incluir de forma accesoria como son:
- La gobernanza. Se refiere al estilo de gestión que se aplica y lleva a cabo en la propia organización sanitaria como en el resto de las organizaciones y administraciones del entorno.
- Factores fortuitos. Referido a todos los hechos causales que por la ubicación o especiales características del resto de los factores pueden acontecer.
Para alcanzar el éxito organizacional, para convertir a una organización sanitaria concreta en referente, se han de alcanzar ventajas competitivas en todos los componentes del diamante.
Sin embargo, poseer unas condiciones favorables en cada uno de los factores del diamante no es algo indispensable para conseguir una ventaja competitiva dentro del mundo sanitario.
Con ello, nos estamos refiriendo a que el entorno sanitario como otros, son sistemas dinámicos y poseen las características de los sistemas abiertos y en constante movimiento y transformación. De esta forma lo que sucede en otras organizaciones puede influir de forma directa o indirecta sobre nuestra propia organización.
También debemos conocer que el sistema sanitario al igual que cualquier otro se transforma y cambia por interacción e influencia de dos factores principalmente. Estos factores son la innovación y la proximidad de otras organizaciones de similares características.
De esta forma, cuanto más intensos sean estos dos factores mayores serán las fuerzas que impulsan a las organizaciones a cambiar y a transformarse. Así podemos decir y afirmar que las organizaciones que pretendan ser referentes en el entorno sanitario así como ser líderes de sus comunidades han de estar preparados para entornos cambiantes potenciando la innovación y la adaptación.
El análisis y desarrollo de los potenciales de los factores del diamante de Porter, genera una corriente que favorece el crecimiento y mejora de la competitividad de las empresas así como de los condicionantes de éxito. Esto es debido a que por consecuencia de los continuos análisis y observación de los factores, se genera un flujo de información que agiliza y acelera los cambios y las mejoras.
De esta forma, podemos decir que cuando en un servicio de salud o en un área sanitaria la información fluye como consecuencia de la búsqueda permanente de ventajas competitivas, por consecuencia del funcionamiento de los sistemas abiertos, provocará que toda el área o servicio de salud crezca al unísono con características y potencialidades muy semejantes.
La anterior afirmación es fácilmente constatable si observamos el fenómeno de los cluster. Mediante este fenómeno vemos como empresas de un alto potencial y grandes ventajas competitivas suelen agruparse en entornos geográficos próximos. Esto es debido como venimos afirmando al alto flujo de información que se produce como consecuencia de las propias características de los sistemas abiertos.
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