Como muchas semanas, esta es una de esas donde se agolpan las ideas y los temas por donde darle continuidad a este blog en una semana gris y lluviosa.
Bien podríamos haber elegido un hilo surgido de una conversación intranscendente:
-Hola ¿Cómo estás?¿Qué tal todo?
-Como siempre, sin cambios…
Y donde parece que todos nos hemos situado en una infumable Zona de Confort.
O haber continuado por una reflexión acerca del proyecto que esta semana ha visto luz como son las Jornadas Nacionales de Enfermería, que dan un giro a las tradicionales jornadas y congresos que se organizan en nuestro país y su operativa dirigida a conseguir propuestas y soluciones concretas que aportar y llevar a la práctica de nuestras organizaciones y de las divisiones de enfermería.
Y algunos inconfesables temas… por el momento.
Pero por distintas razones ha podido una cifra, un número ha podido con todo lo demás:
Doscientos Cuarenta y Nueve
Doscientos Cuarenta y Nueve factores o actividades son las que vienen recogidas en el PRN (Project. Research Nursing).
Doscientos cuarenta y nueve actividades delimitadas a partir de 99 actos específicos de la enfermería que determina un listado exhaustivo y mutuamente excluyente de cuidados enfermeros y la estimación del tiempo necesario para su realización y que determina de una forma precisa el nivel de intensidad y carga de trabajo que deben soportar las unidades de enfermería.
El PRN podría llegar mucho más lejos, podría llegar a cambiar el diseño y estructura de nuestras organizaciones y encaminarnos de organizaciones «profesionalcentrista» a «pacientecentrista» o lo que es lo mismo, pasar de organizaciones centradas en los profesionales a organizaciones centradas en los pacientes.
Dado que con este método (o con otros que existen) bien podríamos organizar nuestras instituciones en torno a las necesidades de nuestros pacientes.
¿No tiene esto más sentido?
¿No tiene más sentido que los profesionales nos ordenemos y organicemos en torno a las necesidades explicitadas por nuestros usuarios?
Esto daría paso a organizaciones más matriciales y donde el trabajo en equipo cobraría un sentido más real y realista.
Y también lo haría la gestión de procesos, donde con el núcleo situado en el paciente unos y otros profesionales sanitarios iríamos entrando y saliendo de ese núcleo en función de como decimos de las necesidades de nuestros pacientes.
Los campos que debiéramos analizar son:
- Cuidados Básicos (alimentación, higiene, movilización, respiración, eliminación)
- Cuidados Técnicos (Diagnóstico y Tratamiento)
- Comunicación (Educación para la Salud, información a pacientes)
Los cuidados básicos, eje fundamental de nuestra actividad y de la que a menudo nos alejamos los miembros de la enfermería por unas razones u otras, olvidando y obviando que este es uno de los factores que los usuarios del sistema sanitario (pacientes y familiares) más valoran, demandan y generan mayor satisfacción durante su estancia en las instituciones sanitarias.
Los Cuidados Técnicos, imprescindibles, si imprescindibles contemplándolos como un todo global desde la planificación y diseño hasta la ejecución mediante las distintas técnicas y procesos.
No obviando que hay dos partes y no solamente una, «El Ethos». Los cuidados técnicos también tienen una parte de «pensar», de diseñar estrategias y planificar antes de ejecutar («Ethos»). Primero pensar que es lo mejor para nuestros usuarios y después ejecutar… y eso nos lleva tiempo… y esfuerzo.
La comunicación, una de las partes más importantes de nuestra actividad y a menudo la gran olvidada tanto en el desarrollo competencial como en la aplicación de la práctica de nuestro día a día.
La comunicación consiste en todas aquellas actividades que consisten en transmitir hábitos de vida adecuados, educación para la salud y por supuesto información sobre el estado de salud.
Hoy en día hay que añadir los tiempos que van con el manejo y gestión de las redes que aportan un gran valor y consumen evidentemente recursos.
¿Y si está también estructurado, que falla?
Pues probablemente haya falla en aspectos fundamentales en:
- La línea operativa
- La línea táctica
- La línea estratégica
La línea operativa, en la que nos encontramos los profesionales asistenciales y donde uno de los principales errores los cometemos al no considerar un elemento clave los registros.
Bajo un mito extendido de: «Si escribo me alejo de los pacientes». Falso, con la mirada puesta en el largo plazo, esta es una afirmación falsa.
No escribir, no registrar nos lleva a que no se puedan medir con precisión las cargas de trabajo enfermeras ya que únicamente nosotros podemos objetivar y visibilizar todo aquello que hacemos.
La línea táctica, debe estructurarse en torno a la medición de procesos y tiempos, el verdadero sentido de la dirección de recursos humanos es: medir y dar soporte a los recursos humanos, estar permanentemente al servicio del personal de campo, ayudarles y facilitar su labor, trabajando en conjunto el establecimiento y consecución de los objetivos.
La línea estratégica, si hemos apostado por estrategias basadas en la calidad, no tiene sentido que no se apueste por estrategias de desarrollo y eficiencia de los recursos humanos. No se alcanzarán los objetivos propuestos sobre la calidad asistencial si no adecuamos y adaptamos políticas de desarrollo de los recursos humanos.
Todas las piezas del puzzle encajaran cuando haya un diseño institucional adecuado y esto incluye cambios en la propia estructura de la organización, cambios que favorezcan al usuario y donde los profesionales nos olvidemos y aceptemos que es un tiempo nuevo donde se requiere nuevos modos y formulas.
El paciente centro del sistema es algo más que una pose y para evitar esto, también debemos diseñar políticas adecuadas de personal como la que hemos ido desgranando.
Deja tu comentario
Debe iniciar sesión para escribir un comentario.