Dados los distintos acontecimientos, resulta complicado organizar la entrada de esta semana.
La actualidad de las pasadas fechas, a pesar de que el momento parecía indicarnos días de transición y fiesta ha resultado todo lo contrario, de tal forma que da la sensación de tener que deconstruir la realidad de camino a una nueva que nos sigue como universos paralelos.
La prescripción enfermera, parece que ha desencadenado un movimiento sanitario, y decimos esto porque la decisión de seguir adelante con el decreto sobre prescripción enfermera ha puesto en pie de guerra a todos los colectivos, tanto políticos, sindicales y gestores como médicos y enfermeros.
Declaraciones en radio y prensa, misivas de los distintos colectivos a sus correligiorarios han contribuido a poner el tema en primera linea de la actualidad sanitaria.
Unos luchan (luchamos) por evidenciar una realidad y una necesidad. Resulta de todo punto surrealista que para prescribir cuidados y elementos necesarios para el cuidado haya que pasar por la consulta del médico.
Y a la vez que decimos esto, médicos siguen haciendo informes para que se aprueben apósitos para nuestros pacientes de Norte a Sur del país y de Este a Oeste.
Un pañal, un apósito para una cura o cualquier otro elemento que usa la enfermería, no tiene sentido que pase por la consulta como decimos del médico.
Esto, no pone en peligro a los pacientes como leíamos hace unos días en algunos periódicos, lo que verdaderamente pone en peligro a nuestros pacientes es justamente lo contrario, que el profesional especializado en cuidar no pueda decidir los elementos que necesita para esto.
Otros luchan por mantener el tan manido y añejo status quo, donde la industria de productos sanitarios han facilitado durante décadas un nivel de decisiones caprichosas bastante elevado y que ha fomentado la cultura del «que me das a cambio».
Y mientras tanto el paciente en medio.
Hemos de decir, que a nosotros si particularizamos no nos inquieta la prescripción enfermera dado que sea como sea va a estar sujeto a cruces de intereses y mercadeo que va a llevar el asunto lejos del propósito.
No nos inquieta pero si nos da pena, en tiempos donde se celebra la Cuaresma y la Pascua esto nos recuerda a tonos bíblicos de ….. ventas por 30 monedas de plata.
Y dicho esto y para cerrar el tema, la realidad, hace escasos días en nuestro entorno se produjo un enfrentamiento médico-enfermera, médico pregunta a enfermera la dosis de un fármaco… enfermera se niega a contestar… médico que afirma: «si no me decís las dosis yo no sabría como ajustar el fármaco, vosotros lo conocéis mejor». (Mejor no contar como terminó el tema).
Y esto no es una excepción si no parte de una rutina que contiene el «ponle lo que quieras, que luego bajo y te lo firmo» ( con la consiguiente discusión si no haces esto así), «Por qué me llamas para ajustar este tratamiento, si sabes perfectamente como hacerlo», » como se te ocurre llamarme por un metalizol… paracetamol….»
Recobremos la cordura y alejémonos del mercantilismo para acercarnos al paciente sin negar lo que es así en la práctica diaria.
Si pasamos a la Visibilidad Enfermera, sigue resultando curioso como a pesar de oir en todas direcciones, macro,meso y micro sanitarias la importancia de la contribución y colaboración de la enfermería en todos y cada uno de los procesos asistenciales y gestores, pero parece que reconocemos esta necesidad si y solo si lo hacemos en voz baja, con perfil de modestia, segundo plano y sin reclamar un protagonismo acorde al nivel de la importancia de las decisiones.
Y que esto fuera, sea y siga siendo así no tienen solamente la culpa «las fuerzas vivas» de nuestras organizaciones, que tienen mucha, muchísima, nosotros, (nuestro colectivo) también tenemos la nuestra cuando nos pedimos los unos a los otros no levantar la mano y dar opiniones… no siendo que nos comprometa el personal lugar que ocupamos, no pueda gustar la opinión etc, teniendo que jugar un mero papel de comparsa agarrado eso si a un bonito trono.
Nuestra capacidad de autofagocitosis ya resulta cansina, únicamente por nuestros egos o intereses personales somos capaces de atacar a compañeros tanto en nuestros centros de trabajo y también aunque no lo creamos así, en las redes sociales y si no basta con mirar por un lado con perspectiva una jornada laboral y por otro lado leer algunos timelines de Twitter o Facebook.
Y para concluir la entrada, comentar brevemente el «Temazo», Las Unidades de Gestión Clínica.
Las UGC tienen la capacidad de englobarlo todo, prescripción, gestión, sindicalismo, política, inmovilismo.
Si además politicamente se producen presiones para evolucionar el tema y sacar unidades de gestión olvidando una y otra vez al paciente y si por si no fuera poco se reduce el papel de la enfermería al de mero comparsa pues aunque algunos colaboremos en que esto sea así, la Gestión Clínica volverá a fracasar una vez más si no conseguimos aglutinar fuerzas, intereses y objetivos entorno al paciente… el resto serán:
Poses y selfies.
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