
Alumnos 2º Enfermería ULE-León
Cuando a las unidades de enfermería llegan los alumnos en prácticas, habitualmente sucede que la unidad se impregna de un aire fresco y renovado.
Lo habitual es que llegan personas muy jóvenes llenas de ganas de hacer y bien decimos, de hacer.
Los que de una manera u otra somos responsables de la formación práctica durante unas determinadas semanas, tenemos la responsabilidad de crear y mostrar modelos adecuados de ejercicio profesional enfermero que vaya dando forma a esas «ganas de hacer».
Los alumnos es habitual que lleguen cegados por el ímpetu de desarrollar habilidades y es justo aquí donde los profesionales de enfermería en general y los mandos intermedios con responsabilidad de guiar esta práctica cuando debemos intervenir para que el modelo de práctica enfermera sea el adecuado.
Debemos hacer visible en primer lugar que el desarrollo competencial se compone de:
- Conocimientos
- Habilidades
- Aptitudes
- Actitudes
Una vez evidenciado esto, debemos profundizar en esa parte de las habilidades y que una parte de ellas son las que parecen monopolizar muchas veces el interés de todos.
Y cuando digo de todos es porque estamos haciendo referencia a profesionales y alumnos.
A menudo nos centramos en entrenar a los alumnos en el desarrollo de habilidades técnicas o pequeñas tareas y no decimos que esto no sea importante, pero lo que si decimos es que no es lo más importante.


¿Y por qué sucede esto?
Por dos motivos:
- Primero. Unidades sobrecargadas con personal sobrecargado que ve al alumno como un recurso para descargarse de pequeñas acciones habitualmente técnicas y que podemos seguir con una pequeña supervisión.
- Segundo. Los alumnos ven la realización de estas pequeñas técnicas como un gesto de sentir un cierto grado de independencia. El canalizar una vía venosa produce siempre una descarga de adrenalina que nos hace sentir bien.
Hay un tercer motivo que conviene nombrarlo al margen porque ciertamente es minoritario pero existe de una forma real.
Existe una pequeña parte del colectivo enfermero que ve en la llegada de los alumnos de enfermería como la excusa para distraer nuestras propias responsabilidades.
En este punto es en el que nos debemos parar y reflexionar, si es en este modelo en el que queremos formar a las enfermeras del mañana.
Si es esta la forma en la que queremos que las enfermeras del mañana tomen sus referentes.
Es en este punto donde debemos hacer visible y consciente que, las habilidades técnicas son simplemente una parte de las habilidades, porque hay más habilidades a desarrollar como:
- La de valoración
- La de análisis
- La de escucha, escucha activa con capacidad de recibir el feedback de la comunicación.
- La de planificación de cuidados.
Por tanto, en este universo empieza a quedar claro que las habilidades técnicas son una pequeña parte en el microcosmos enfermero.
Y por el que debemos caminar con sabiduría y responsabilidad, convirtiéndonos en
Un modelo de enfermera centrado en las personas y sus necesidades
En un modelo de enfermera que administra cuidados profesionales a las personas y sus familiares que ellos mismos realizarían si pudieran o supieran.
Y de repente llega la pregunta un día cualquiera el último día de la rotación de las prácticas clínicas:
¿Cómo se puede llegar a ser un líder de la enfermería?
Ciertamente tendremos que reconocer que la pregunta tiene un gran y hondo calado y una importancia bastante elevada.
En primer lugar, lo que se debe definir es que ser un líder de la enfermería no lleva implícito el que únicamente debamos referirnos a líderes con altos cargos de gestión sanitaria nacional o internacionalmente reconocidos.


Llegar a ser un líder de la enfermería, nos debe encaminar a liderar cuidados y los cuidados los lideraremos, estaremos en posición de liderarlos, cuando realicemos una atención enfermera centrada en nuestros pacientes, cuando demos un paso adelante y nos convirtamos en referente para nuestros pacientes.
Ese es el verdadero liderazgo enfermero, ese es el liderazgo por el que las enfermeras desde cualquier ámbito deben perseguir y desarrollar.
Por otra parte la pregunta también llevaba una carga referida al propio colectivo enfermero, acerca de cómo se puede llegar a convertirse en una enfermera referente para otra enfermera, en una enfermera con capacidad de influencia para el resto del colectivo.
Lo primero que debemos recordar es que:
Liderar es una carrera de servicio a los demás
y en una profesión como la nuestra esta frase cobra un especial significado.
Después debemos continuar por la senda de nuestro propio autoconocimiento y por el de nuestras fortalezas y debilidades y trabajar con ellas para que ofrezcan un adecuado rendimiento.
No olvidar las Amenazas y Oportunidades.
Las Amenazas son un factor fundamental que todo líder enfermero debe aprender a gestionar las amenazas propias de organizaciones tan complejas como las sanitarias.
Otra parte en el desarrollo de un adecuado liderazgo es la flexibilidad, desarrollar la capacidad de adaptación a cada una de las situaciones que el paso del tiempo va produciendo y que hace que una forma de liderar valga para un momento pero no para otro.
Es muy importante conocer que cada una de las decisiones que tomamos van a conformar nuestro estilo de liderazgo, que cada una de nuestras decisiones van a ir conformando nuestros valores como líder y lo que es más importante la cultura para liderar.
Debemos trabajar en la generación de influencia con:
Proactividad: en continuo movimiento.
Practicando y desarrollando competencias de liderazgo, aceptando los errores y las críticas como cada uno de los pasos del camino que debemos recorrer. Nadie nació aprendido. Todo el mundo se equivoca.
Saber que las cosas pueden salir mal, no pasa nada.
Las imposiciones en este tiempo no funcionan y en la generación de influencia tampoco. Si es verdad que en el fases de desarrollo de cualquier grupo hay etapas en las que hay que variar la intensidad de lo normativo, hay fases en las que conviene hacer valer la norma y otras en las que conviene que sea imperceptible.
Y por último algo que decimos con mucha frecuencia:
No confundir liderazgo con popularidad, un buen líder no tiene porque ser el más popular, ni el más popular tiene porque ser un buen líder.
Suerte Mario en este camino que comienzas y recuerda:
No sustituyas la mente por el ethos
y a Medea, Laura, Carlota… Espero haber contestado vuestra pregunta, suerte a vosotras también, sois la generación de la siguiente revolución enfermera.
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