Para entender qué es planificar a nivel estratégico, nos lleva a tratar de entender cuáles son las características que la componen.

De esta forma, la primera característica que debemos comprender es la visión holística. Para tratar de planificar a nivel estratégico con éxito, debemos tratar de desarrollar una visión holística respecto al conjunto, donde cada una uno de los componentes, las unidades, etc., están en función del todo. Comprender este mecanismo funcional resulta clave, ya que nos permitirá realizar un mejor y más preciso análisis de la situación, y de esa forma lograr la priorización de las actividades que necesitan ser desarrolladas. 

Otra de las características a las que debemos prestar atención es la visión a largo plazo. Tenemos de panera habitual un sesgo tendente a mirar solo a corto plazo, pensando que en el largo plazo existen demasiadas variables e incertidumbres que nos impiden planificar. Sin embargo, para planificar a nivel estratégico será fundamental la capacidad para desarrollar una mirada en el largo plazo, dado que aquí es donde deberán establecerse los objetivos específicos que necesitaremos para conseguir el objetivo principal perseguido por la organización. Pensemos que tenemos un problema en una de nuestras unidades de enfermería, o incluso en el hospital, debemos analizar todas las causas, prescindiendo de la idea que, para ese problema existe únicamente una causa, sino que el problema se compone de la suma de ellas, de forma que la solución estará conformada por la suma de las soluciones de cada una de las causas.

Otra característica a considerar es que solo a través de la planificación, de la realización de las actividades programadas será posible lograr objetivos de mayor impacto e importancia, y que estos sean sostenibles en el largo plazo.

La planificación permite consolidar la organización y orientarla a objetivos superiores más allá de los previamente establecidos a corto plazo, si bien la mirada al largo plazo precisa de ser contemplada en el corto plazo, en objetivos a corto plazo, como forma de alcanzar los establecidos para el largo plazo.

Solo a través de la planificación estratégica será posible desarrollar y emprender el camino que nos lleva a la visión de la organización, es decir, lo que queremos que sea la organización en el largo plazo.

La planificación estratégica actúa también como la argamasa que permitirá enlazarnos con el contexto. Esta característica es sumamente importante si entendemos que la principal parte del contexto sanitario es la población y los usuarios del sistema. 

Cualquier proceso planificador lleva una parte de evaluación y seguimiento de los cambios implementados. Por ello, es tan importante que se realice igualmente una planificación a nivel estratégico, ya que solo así podremos seguir el proceso, evaluarlo y comprobar las consecuencias de los cambios que se vayan introduciendo.

En la planificación estratégica, también es posible observar otras características como son:

La capacidad para aportar coherencia, a todos los niveles de una organización, incluidos todos sus miembros. Todos los recursos, tienen que estar alineados y ser pertinentes para poder desarrollar el plan estratégico.

Además de la coherencia, todo tiene que ser pertinente, lo que implica que debe estar desarrollado conforme a los objetivos y metas que la organización pretende alcanzar.

La planificación estratégica es un proceso sistemático, a través de mantener esta forma de actuar se conseguirá que todos los niveles de la organización y cada una de sus partes se encuentren bien engranados a través de los planes. Solo así las aportaciones de las actividades cobran sentido para lograr la consecución de los objetivos.