Hoy es el día 12 de Mayo día Internacional de la Enfermería, nuestra fiesta enfermera, la fiesta donde lo invisible cobra un especial valor.
Para visibilizar el cuidado enfermero, no se nos ha ocurrido mejor gesto que hacer pública una carta que hace unos días me remitió la familiar de una paciente.
El día de la enfermería es el día más importante de las personas a las que cuidamos, esta entrada va por ti (Bea) y por todas las abuelas a las que un día se les rompió la cadera y con cinco palabras se les cambió la vida.
“Se ha roto la cadera”, son solo cinco palabras, solo cinco palabras que dan la vuelta a la vida diaria del paciente y a toda la gente cercana a él.
Trabajando en la planta, ves la evolución del paciente antes y después de la cirugía, el post quirúrgico de una prótesis de cadera tras una fractura, es de cinco días en la mayor parte de los casos, pero el paciente se va a su casa y tiene que aprender a desempeñar sus funciones de la vida diaria pero de diferente manera.
Levantarse de la cama, para empezar el día, resulta una tarea complicada, esta dificultad se ve incrementada si el paciente ha cogido miedo, que tras una fractura, resulta mucho más fácil que exista el miedo. Necesita ayuda para levantarse, un cuidador, un familiar habitualmente.
Para vestirse ocurre lo mismo, no poder calzarse, ni ponerse los calcetines hacen de una actividad tan común, debido al riesgo que existe de luxación, un reto que al principio se subsanará con ayuda de un familiar pero que a largo plazo se realizará con un calzador largo.Llega el momento de coger las muletas, “¿cómo era primero?” “muletas, pie bueno, pie malo” o era “¿pie bueno, muletas y pie malo?”, la primera es la correcta pero toda la familia se implica y se pone en situación para ver que resulta más correcto. El paciente se siente como un niño que está aprendiendo a caminar de nuevo.
Las visitas al baño se solucionan con un alzador, que si en algo cambia la vida es sobre todo al entorno familiar cuando solo existe un baño. Los familiares quieren seguir usando el baño como “siempre” y el alzador se quita y se pone continuamente.
Mi abuela vivía sola hasta el día de la fractura, ahora se encuentra con todos estos cambios y fuera de su casa, en casa de su hijo, sus costumbres y sus rutinas han cambiado por completo, su huerta, sus animales, sus paseos por el pueblo, su partida de cartas con sus amigas y sus charlas con los vecinos de toda la vida se han cambiado por pequeños paseos por casa, sobrellevar los dolores propios de una prótesis de cadera, llevar una alimentación equilibrada y esperar que día a día sea más independiente para poder llevar una vida lo más parecida a la vida que tenía antes de las cinco palabras que marcan este cambio tan importante.
En cuanto a la familia que tiene que cuidar del paciente….Temor,desvelo y miedo del terrible riesgo de mortalidad que tienen esas cinco palabras…
Beatriz Barrio
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