Tomar decisiones en un ambiente de presión no es fácil de realizar. Las gestoras enfermeras al igual que los directivos de cualquier otro campo de la actividad deben tomar frecuentes decisiones bajo presión y estrés.
Es en este momento donde se deja ver el estilo de liderazgo y la capacidad gestora de las enfermeras. De forma ilustrativa, podemos proponer dos escenarios que por su frecuencia nos resultarán familiares y hasta es posible que nos podamos sentir identificados.
La gestora enfermera se encuentra en el centro de todas las acciones que afectan directamente a los pacientes. Motivo por el cual es frecuente que refieran altos niveles de estrés en el desempeño de su rol y sin embargo sea poca la atención que desde el punto de vista más institucional se preste a este.
Escenario 1
El primer escenario es el que se plantea a los micro gestores de la enfermería sobre todo en época de verano donde el indice de enfermeras contratadas y faltas de experiencia aumenta. A causa de esto, es normal que aumente la inestabilidad en el discurrir de las jornadas laborales dadas las frecuentes dudas que muestran estas personas recién llegadas a las unidades de enfermería. Es en este momento, donde la micro gestora debe conocer exactamente como sus decisiones y forma de afrontar estos turnos de trabajo repercuten tanto en la calidad de la atención prestada como en la seguridad del paciente.
En este sentido, existen descritos en la literatura del entorno del “nurse management” investigaciones acerca de como repercute esta actitud de la micro gestora sobre la enfermera asistencial. Así una actitud fiscalizadora produce un aumento significativo del estrés sobre la enfermera y un aumento de los errores en la actividad del cuidado (Ebright et al., 2003). Como ejemplo, que muchos habremos visto directa o indirectamente, sirva exponer a una micro gestora presionando a una enfermera novel para que ejecute sus cuidados a una velocidad y a un ritmo igual o superior al ritmo de sus compañeros, tan solo por el hecho de ser nueva. Aquí caben dos posiciones, transmitir tranquilidad y actitud positiva o fiscalizar hasta el extremo. Dos decisiones que tomadas en el estrés de este escenario producen efectos completamente contrarios, jornada laboral desarrollada con éxito o jornada laboral arruinada a la enfermera novel y a todo el equipo.
Escenario 2
Otro segundo escenario dibujado al gestor de la alta dirección en entornos de conflictividad conocida. Esto provoca de forma implícita o explicita un estrés a la hora de abordar los temas o situaciones de conflicto y donde ya no solo el tono sino que también la empatía, asertividad y credibilidad mostrada, afectan tanto a la decisión a tomar como al reconocimiento del resto de las personas de la conveniencia de esta decisión y también de las que se deban tomar a posteriori.
Un ejemplo ilustrativo puede ser la visita de un miembro del equipo de dirección de una organización sanitaria a una de las unidades asistenciales de su responsabilidad. Así abordar el planteamiento de una situación a resolver, el éxito o fracaso dependerá de la decisión que tomemos y de la capacidad de vencer el estrés, sabiendo que este nunca debe llevarnos a mostrar la relación de superioridad con respecto a los miembros del equipo, por muy “suaves” que sean las formas, dado que esto solo redundará en aumentar la falta de credibilidad gestora y el conflicto se extenderá a todas las áreas y situaciones laborales.
La toma cognitiva de decisiones
En la literatura podemos encontrar estudios que determinan como las situaciones de estrés a las que se somete en su día a día la gestora enfermera debido a su responsabilidad, producen alteraciones en su comportamiento, juicio, percepciones y adaptación e interpretación de la realidad que afectan al normal proceso de toma de decisiones, lo que determina que un alto porcentaje de estas, sea realizado incorrectamente y afecten a su normal desempeño como gestora (Lazarus, 1966).
Hay que mencionar, que existe un sistema de toma decisiones denominado toma de decisiones cognitivas en referencia a la capacidad de realizar diversos procesos mentales para ver, anticipar y abordar los distintos escenarios que se nos plantean. Este proceso, se convierte en una de las herramientas más importantes para la gestora enfermera dado que determinar de forma correcta el proceso de toma de decisiones será clave para la obtención de los resultados pretendidos.
Así, la toma cognitiva de decisiones debe seguir ineludiblemente cuatro preguntas:
Quién?
Qué?
Por qué?
Cuándo?
De esta forma y previa eliminación de juicios y prejuicios, se ha de buscar patrones similares en experiencias anteriores, para así basándonos en datos tomar decisiones.
Asimismo la experiencia gestora, debe de ser utilizada con mucha prudencia dado que esta, nos puede llevar a tomar atajos en el proceso de toma de decisiones que determine errores en este, dado que tomar una decisiones les produce menor miedo conforme la experiencia aumenta.
A modo de conclusión, nos gustaría decir que estar en posesión de habilidades que mejoren la capacidad de reflexión se convierte en fundamental para una gestora de enfermería con orientación de futuro situándose estas cuanto menos a la altura de la posesión de habilidades en la búsqueda de soluciones innovadoras.
Bibliografía
Ebright PR , Patterson ES , Chalko BA & Render ML ( 2003 ) Comprender la complejidad del trabajo de la enfermera registrada en los entornos de cuidados agudos . Journal of Nursing Administration 33 ( 12 ), 630- 638 .
Lazarus R.S. (1966) Psychological Stress and the Coping Process. McGraw-Hill Book Company, New York, NY.
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